En momentos en que la educación chilena vuelve a ser seriamente cuestionada debido a la mala preparación de nuestros docentes, resulta reconfortante comprobar cómo algunos profesores siguen el camino de su vocación incluso a costa de hacer sacrificios personales.

Conozcan el caso de la escuela rural de la Escuela Santo Domingo de Hualqui, en la Región del Bío Bío. Se trata de un establecimiento pequeño, con apenas 7 alumnos, pero con un rol crucial ya que no existe otro establecimiento educativo en 8 kilómetros a la redonda.

Pero tras la muerte de su sostenedora en abril pasado, el recinto quedó totalmente abandonado, incluso sin cancelar desde entonces el sueldo a su único profesor, Cristián Contreras, quien decidió continuar haciendo clases para evitar que sus estudiantes pierdan el año escolar.

Ahora el docente, quien durante la semana duerme en una austera habitación de la misma escuela, está rindiendo una lucha para evitar que la familia de la sostenedora cierre el establecimiento.

Mira la nota realizada por el equipo del matinal Nuestra Casa de Canal 9 Bío Bío Televisión

http://youtu.be/m8Q5hb0cGhQ