El Tribunal de Justicia Europeo dictaminó este martes que la miel que contenga trazas de polen transgénico del maíz MON810 no podrá ser comercializada en Europa (ver PDF aquí). Trazas de otros transgénicos en la miel y sus derivados deberán someterse previamente a una autorización para poder ser comercializada.

Este fallo derriba por completo la falacia de la co-existencia entre cultivos transgénicos, cultivos convencionales y otras actividades productivas, como la apicultura.

En Chile los datos sobre localización de cultivos transgénicos, e incluso qué porcentaje corresponde a maíz MON810 es información secreta amparada por el gobierno, lo que perjudica aún más a los cerca de 12.000 apicultores del país. Según estimación preliminar de la Asociación de exportadores de miel, cerca de 40% de la producción de miel se verá afectada por contaminación transgénica.

El Ministro de Agricultura, Jose Antonio Galilea, ha sido enfático en señalar que la co-existencia entre cultivos transgénicos y convencionales es posible, más aún ha tildado abiertamente de ignorantes a quienes han señalado lo contrario. El fallo del Tribunal de Justicia viene a reafirmar lo que la experiencia internacional y la información técnica y científica disponible señalan hace ya más de una década: que la coexistencia entre cultivos transgénicos y otras actividades es completamente incompatible.

Iván Santandreu es biólogo y vocero de Chile sin Transgénicos
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