Evitan el contacto visual, se muestran nerviosos, mueven los pies compulsivamente y sus relatos son incoherentes. Por mucho tiempo estas han sido las características que se les ha asociado a las personas mentirosas.

Sin embargo, hay cualidades y tácticas muchos más profundas que diferencian a un mentiroso habitual u ocasional, con uno experto y compulsivo.

Luis Muiño, psicólogo y miembro del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid, señaló a El País que si bien todos podemos recurrir a la mentira, sólo las personas más psicopáticas son capaces de hacerlo compulsivamente.

“Hay mecanismos dentro del ser humano que hacen difícil el mentir: nos da vergüenza, nos hace sentirnos culpables, nos crea ansiedad, nos produce tensión… El momento de la mentira genera cortisol, que es la hormona del desasosiego; cuando más psicopática sea una persona, menos le ocurren esas cosas. Ellos ‘trackean’ todos los mecanismos antimentira que hay dentro de nosotros”, explicó.

Pexels (CC)
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Pero, ¿cómo lo logran?, ¿cómo se les es tan fácil pasar una mentira por verdad? Un estudio publicado en la revista científica PLOS One sobre características y estrategias de personas mentirosas reveló las 3 principales tácticas de los maestros del engaño.

En dicho estudio participaron 194 personas. Como parte de la investigación les pidió que se calificaran como mentirosos en una escala de 1 a 10. Luego, se les solicitó calcular la cantidad de mentiras que habían dicho en las últimas 24 horas, comentar la temática de estos engaños y decir sus trucos para lograr salir victoriosos.

Es aquí donde se develó la principal táctica que utilizaban: “mantener la declaración clara y simple”, obteniendo la preferencia del 17,6% de los participantes.

A esta le sigue, con un 15%,1, “contar una historia plausible”. Es decir, la estrategia es contar un relato que sea digno de admiración.

“Algo que cuentan mucho a los terapeutas los mentirosos más compulsivos es que siempre intentan que las mentiras sean realmente verdades; que sean más o menos plausibles”, afirmó Muiño.

La inclinación por las “mediasverdades” también la comparte la psicóloga Adoree Durayappah-Harrison, quien planteó en la revista Psychology Today que los “mejores mentirosos” son aquellos que saben el momento perfecto para agregar una mentira en un hecho verídico.

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En tanto, la tercera táctica es “ser vago sobre los detalles”, quedándose con el 13,2% de la preferencia de los participantes. En este sentido, la doctora Brianna Verigin, autora del estudio, afirmó que esto ayuda esconder la verdad, pues el relato es simple y claro.

Por último, Verigin acotó que la precisión no funciona para todos. De hecho, indica que los mentirosos compulsivos confían mucho en ser buenos con las palabras. “Quien consigue elaborar historias con suficiente detalle, con información verificable y la complejidad justa como para introducir en ellas mentiras indetectables solo puede tener un calificativo: maestro de la mentira”, concluyó.