Sus padres los mantuvieron atados y severamente desnutridos durante cinco años. El Estado (EEUU) los entregó a una familia de abusadores sexuales y físicos.

Pareciera que la vida se ensañó con los hermanos Turpin, de entre 2 y 29 años, tras ser rescatados de las garras de sus padres en la denominada “Casa del Horror”.

Los 13 hijos de David Allen Turpin y Louise Anna Turpin vivieron torturas inimaginables en el seno de su hogar en Perris, en un barrio de clase media, a 100 km al sureste de Los Ángeles.

En 2018, la hija de 17 años del matrimonio logró escapar por una ventana. Llevaba un celular que consiguió en un descuido de sus padres, quienes los encadenaban a las camas, les brindaban poco o casi nada de alimento y los mantenían encerrados contra su voluntad entre la pestilencia y la ignorancia de los vecinos, además de las autoridades.

Sin embargo, tras cinco años del horror, Jordan Turpin corrió lejos de su casa, marcando el 911 para dar las coordenadas de sus hermanos. Tras atender a la joven, quien parecía de 10 años debido a su estado demacrado, la policía allanó el domicilio de los Turpin.

En el barrio donde una familia numerosa parecía ser una más, a la que incluso no le faltaban las decoraciones navideñas, los uniformados encontraron una escena dantesca. Incluso el mayor de los hermanos, quien tenía 29 años, parecía un infante debido a su severo estado de desnutrición; estaba atado junto a varios más en el pestilente inmueble.

Los agresores no pudieron justificar sus actos y fueron arrestados en el acto.

Los hermanos Turpin: el infierno en un hogar de acogida

Hace 5 años, la opinión pública estadounidense se estremeció al conocer lo vivido por 13 hermanos en la denominada Casa del Horror, que tenía como villanos de la historia a sus padres.

Con la ubicación de los hermanos Turpin, gracias a una debilitada pero tenaz Jordan, se supone que el condado de Riverside (California) tenía claro que las víctimas de uno de los más crueles casos de maltrato infantil debían recibir toda la atención multidisciplinaria desde los servicios infantiles.

Los 13 hijos de David y Louise Anna fueron puestos en hogares de acogida. Los de menor edad estaban por vivir otra horrorosa experiencia, incluida Jordan.

En el hogar del matrimonio Olguín, conformado por Marcelino y Rosa, vivía también su hija mayor, Lennyn. Se supone que era la nueva familia de varios de los más pequeños hermanos que buscaban dejar atrás un pasado tormentoso, pero ocurrió todo lo contrario.

Un informe de 600 páginas detalla, entre otras fallas, los abusos sexuales y físicos que sufrieron sobre todo las niñas Turpin.

Marcelino fue arrestado en 2021, acusado de actos lascivos con un menor de 14 o 15 años, actos lascivos con un menor de 14 años y crueldad infantil intencional, según reportó CBS, Los Ángeles.

Los tres adultos habrían golpeado en la cabeza a los niños, también comer hasta vomitar los alimentos e ingerir lo vomitado. Todo habría ocurrido durante los 3 años en los que estuvieron bajo la tutela de los Olguín.

Por si no fuera suficiente sufrimiento, el informe asegura que los hacían que “se sentaran en un círculo y contaran en detalle los horrores que habían experimentado mientras vivían con sus padres biológicos”.

Los Olguín se declararon inocentes de los cargos de abuso contra los hermanos Turpin
CBSLA

Los servicios sociales “fallaron” a los hermanos Turpin

No sólo los más pequeños de los hermanos Turpin se vieron afectados por abusos y calamidades durante sus hogares de acogida. Los más adultos también fueron puestos en hogares en los que se supone que los apoyarían con su educación y más. Y, aunque eran mayores de edad, el nivel de abuso cometido por sus padres los dejó en una situación cognitiva inferior a la de su desarrollo.

ChildNet fue la organización, vinculada al condado de Riverside, encargada de buscar los hogares a las 13 víctimas. El informe con centenares de páginas, divulgado en 2022, asegura que la entidad pasó por alto los reportes de historial de abusos en el hogar de los Olguín.

Por otra parte, se hizo énfasis en el desconocimiento de 1.6 millones de dólares donados para la manutención de los Turpin, luego que sus padres fueran puestos en prisión. Por cierto, fueron condenados a cadena perpetua por 14 cargos de abusos y sin posibilidad de fianza.

Según el citado informe en People, CBS y otros medios estadounidenses, los trabajadores de los servicios sociales, a cargo del caso de estos hermanos, no hicieron las gestiones para canalizar las donaciones a los beneficiarios. Un apartado hace énfasis a que dichos funcionarios tienen casos que sobrepasa el centenar, por lo que no dan abasto en su trabajo.

“En este momento, nuestra organización no tiene la libertad de divulgar hechos o discutir las alegaciones hechas en la denuncia”, aseguró Brett Lewis, director de Desarrollo y Comunicaciones de ChildNet Youth and Family Services, Inc.

Por su parte Gene Kennedy, especialista sénior en información pública, relaciones comunitarias y gubernamentales, del Departamento de Servicios Sociales Públicos del condado de Riverside, fue un poco más sentimental en su declaración, sin aclarar el descuido estatal en la vida de los hermanos.

“Nos preocupamos profundamente por la seguridad y el bienestar de cada niño bajo nuestro cuidado. Nuestro corazón está con los hermanos Turpin. Cualquier instancia en la que un niño resulte dañado es desgarrador”, dijo.

La excusa se extendió a un compromiso para abordar las causas de lo ocurrido, “de raíz”, pero la vida de los Turpin fue doblemente dañada, esta vez, bajo la supuesta mira del Estado.

Los hermanos Turpin fueron encadenados, sin alimentos, por sus padres para luego caer en hogares de acogida donde fueron abusados
Telemundo

Jordan: la salvadora de los hermanos Turpin, en redes sociales

17 años, y mucha valentía, tenía Jordan Turpin cuando escapó de su casa para llamar al 911 y liberar a sus hermanos de los vejámenes a los que los sometían sus padres.

La joven continúa adelante, tratando de integrarse a la normalidad junto a sus hermanos, pero sin olvidar su calvario.

El año pasado brindó una entrevista a la revista People, donde contó que su primer trabajo, luego de estar en un hogar de acogida, fue en un Taco Bell.

“Mis hermanos y yo siempre cantábamos un tema musical de Taco Bell que inventábamos [cuando estábamos atrapados]”, aseguró. “Siempre ha sido especial para nosotros”.

A ese trabajo debía caminar más de hora y media, durante la noche. No sabía dónde abordar transporte. Había sido echada de su segundo lugar de acogida, tras visitar a una de sus hermanas en una casa similar. Era su segundo “refugio”, luego del infierno que vivió con los Olguín.

Cuando ya tenía 20 años, se enteró que los servicios sociales informaron erróneamente al condado de Riverside que vivía en su propio departamento y asistía a la universidad, mientras pasaba calamidades.

En efecto, se inscribió posteriormente en la universidad, tras conseguir un trabajo, pero caminar por la noche era, en sus palabras, “profundamente aterrador”. No podía dormir por las noches, debido a las constantes pesadillas y había momentos en los que la depresión la paralizaba, comentó a People.

“Cada vez que mis ojos se cerraban, soñaba con estar [en mi hogar de acogida]”. Tuve que ir mucho a la sala de emergencias. Estaba muy, muy rota”, reconoció. Pero su vida ahora es diferente y tiene una causa.

Demandando al condado de Riverside

Antes de dar sus primeras entrevistas, Jordan Turpin sintió temor de revivir los momentos más crueles sufridos junto a sus hermano en la “Casa del Horror”.

Sin embargo, se sobrepuso y no canceló su encuentro con la icónica periodista Diane Sawyer. Lo hizo, junto a su hermana mayor, Jennifer.

“No me estaba yendo bien. Pero sentí que no éramos los únicos que recibían un mal trato en el sistema y quería ayudar a mis hermanos”, tras reconsiderar ser entrevistada.

Sobre el fallo de los servicios sociales en Riverside, apuntó a que muchos de los involucrados han evadido la responsabilidad de colocarla a ella y al resto de los hermanos Turpin en casas de acogida que terminaron siendo un remedio similar al mal.

“Las personas que realmente sabían que se habían equivocado simplemente se habían ido. Algunos renunciaron y dijeron: ‘Ya no trabajo aquí"”.

Sin embargo, quedarse de brazos cruzados no es su espíritu, tal como lo hizo el día que escapó de sus padres, para liberar también a sus hermanos.

Jordan encabeza una de las dos demandas presentadas por separado, por seis de los hermanos Turpin, contra el condado de Riverside y ChildNet por los abusos sufridos en los hogares de acogida, principalmente en la casa de los Olguín.

“Y mientras los niños seguían siendo abusados, el condado cerró los ojos”, aseguró en Good Morning America, Elan Zektser, uno de los abogados que representa a los hermanos Turpin.

Se refiere al hecho de que las autoridades, que se supone deberían proteger a las víctimas, omitieron los informes que daban cuenta de los abusos de Marcelino, Rosa y su hija Lennyn a infantes.

(En el caso de ChildNet, esta sabía que) “no era apta para ser padres adoptivos por antecedentes de abuso físico y emocional de niños, así como de niños gravemente abandonados que habían sido puestos bajo su cuidado”.

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“En cuanto a ChildNet, tenía un motivo financiero para continuar colocando a una gran cantidad de niños en este hogar de acogida y, por lo tanto, fortalecer su relación con el condado de Riverside, y antepuso ese motivo financiero a su responsabilidad con los niños”
- Informe sobre el caso de los hermanos Turpin.

“Realmente quiero difundir la conciencia sobre la salud mental”

Jennifer y Jordan son las principales abanderadas de la causa contra el maltrato de los niños en hogares de acogida o en sus casas. Además, del papel de los servicios infantiles en EEUU donde hace falta mucho trabajo por mejorar si tomamos en cuenta su caso.

Cuatro de sus hermanos son menores de edad y aún se encuentran en hogares de acogida. Sin duda, la historia de estos es diferente, desde que sus hermanas mayores abanderaron su lucha, luego de vivir en carne propia vejámenes, no sólo por parte de sus padres.

“Realmente quiero difundir la conciencia sobre la salud mental y cómo podemos mejorar las cosas. La gente necesita que alguien hable y creo que puedo hacerlo”, dice. “Algo que me ayuda a superar momentos realmente difíciles es saber que puedo marcar la diferencia algún día”, aseguró Jordan.

Poco se sabe de los avances de la demanda contra el condado de Riverside y ChildNet, pero mucho de la tenacidad de una joven que se mantiene alerta, luego de luchar día a día, como sus otros 12 hermanos, para sobreponerse del horror en la casa de sus padres y el infierno en los hogares de acogida.

“Tengo muchas ganas de ayudar a los demás y me mantendré fuerte. Hay muchas cosas que quiero hacer”, dice la joven que por el momento estudia idiomas en la universidad.