La Mielofibrosis se define como un tipo de cáncer a la médula ósea que altera la producción de células sanguínas en el cuerpo. Es por eso que, según expertos, la enfermedad genera una cicatrización deesta zona, la cual puede provocar una anemia grave.

A eso se suma una baja producción de plaquetas (células de coagulación sanguínea), las cuales tienen relación con la cicatrización de heridas y detención de los sangrados.

Una de las situaciones más riesgosos de esta enfermedad es que su avance suele ser silencioso, ya que sus síntomas pueden confundirse con otras enfermedades más comunes. Debido a esto, se le considera como un padecimiento complejo.

Datos de la OMS sostienen que en el mundo la Mielofibrosis afecta a un aproximado de tres personas por cada 100.000. En tanto, la Guía de Práctica Clínica de la Sociedad de Hematología de Chile estima que en nuestro país se reportan 85 nuevos casos en promedio cada año.

Para entender un poco mejor los alcances de esta enfermedad, BioBioChile se puso en contacto con la médica María Soledad Undurraga, jefa de Hematología del Hospital del Salvador, quien en un inicio sostuvo que la enfermedad se presenta, en un gran porcentaje, en personas mayores de 70 años.

Mielofibrosis | Wikimedia Commons

“La mielofibrosis es considerada como un cáncer de la médula ósea, el cual consiste en que la médula se fibrosa, y al fibrosarse deja de hacer su función que es producir glóbulos rojos, blancos y las plaquetas. Por lo tanto, al final lo que produce es una enfermedad similar a una leucemia, pero en forma lenta, progresiva, y no con células leucémicas. La médula finalmente muere”, indicó.

“En el camino hacia allí hay varias etapas y variables. Hay muy poco tratamiento, en el fondo no hay ningún tratamiento curativo, excepto un trasplante de médula, pero éste tiene efecto en personas más jóvenes. En personas de más edad, donde predomina la enfermedad, el trasplante es un riesgo muy alto y menos efectivo”, añadió.

“En el andar de esta enfermedad, a medida que la médula se va muriendo, también hay un efecto hormonal, producido por parte de ésta, en el cual el paciente está en un estado inflamatorio, donde se siente muy enfermo, a pesar de no tener parámetros que lo demuestren. Se siente decaído, inapetente, el bazo va creciendo, tiene baja de peso, sudoración, un estado similar a la gripe que es permanente. Todo eso le deteriora su calidad de vida”, continuó.

Una situación particularmente compleja de esta enfermedad es que no existen factores de riesgo conocidos, por lo que sus causas específicas aún son objeto de estudio.

“No hay factores conocidos. Este es como cualquier cáncer donde no hay una causa conocida como específica. Está por un lado el ambiente, por otro lado la genética y por otro tratamientos tóxicos, por ejemplo que la persona haya tenido un cáncer previo, que se haya tratado con quimio o radioterapia. En general la gran mayoría de los casos aparecen sin ninguna alteración conocida”, aseguró.

Bazo inflamado

Otra situación de cuidado es que, tal como explican los expertos, su avance suele ser bastante silencioso por el organismo, por lo que los síntomas suelen aparecer cuando ésta ya está en una fase más bien crítica.

“Esta es una enfermedad que al principio no produce ningún síntoma, y cuando los hay ya es señal de que está bastante avanzada. Entonces, la mejor forma de prevenir esto es el examen de salud semestral en pacientes a medida que va aumentando la edad. El promedio de edad es cerca de los 70 años”, indicó.

Por último, también hay que determinar que esta enfermedad no tiene un tratamiento curativo, pero sí existe un medicamento que permite mejorar la calidad de vida de la persona. Se trata de una especie de droga que está dentro de la famosa ley 20.850.

“Esta enfermedad no está cubierta por el plan Auge, lo único que tiene es que a través de la ley Ricarte Soto está la opción de optar a un medicamento target, que se usa cuando los síntomas aparecen. Eso es de fácil acceso, ya que el médico tratante tiene que postularlo ante el fondo”, concluyó.