El proyecto de ley que sanciona y tipifica la violencia digital, ilustra la importancia de enfrentar la violencia de género en forma integral. Apuntando a sus causas, expresiones y consecuencias. Esta moción, construida a partir del diálogo con organizaciones feministas y otros colectivos ciudadanos, da cuenta del mundo en el que vivimos, donde internet, los medios de comunicación y especialmente las redes sociales, son parte importante de nuestras vidas cotidianas. En estas plataformas digitales, particularmente con ocasión de las dinámicas sociales impuestas por la pandemia, han aumentado las expresiones de violencia de género.

Esta iniciativa parte desde la premisa que el contenido desplegado en la esfera virtual, también es real. En este sentido, existe consenso de que vivimos en un mundo donde internet, los medios y plataformas digitales, estructuran cada vez más nuestras vidas cotidianas, y donde las distintas expresiones de violencia de género han aumentado por las dinámicas sociales impuestas por la pandemia (la primera en la era de las redes sociales) este proyecto busca avanzar hacia la igualdad de género, con la certeza de que lo que es virtual también tiene un poderoso correlato en lo real.

En este sentido, el proyecto en su contenido busca sancionar el acoso digital, el envío o exhibición de material no solicitado, la difusión no consentida de contenido íntimo, entre otras conductas como la suplantación de identidad digital.

De esta manera, la iniciativa que se discute en el Congreso, busca responder a una de las tantas manifestaciones de la discriminación y violencia estructural contra mujeres y niñas: la violencia digital. Pero pone de relieve también que las violencias y sus efectos no pueden analizarse de forma aislada. Al buscar respuestas a una forma específica de violencia de género debemos recordar su interdependencia con los estereotipos o patrones de conducta machistas que la sustentan.

Por redundante que parezca, debemos ser enfáticas en señalar que la desigualdad y la violencia de género es un asunto de interés público y que viola gravemente nuestros derechos humanos. A más de 20 años de la promulgación de la “Convención Belem Do Pará” en nuestro país, la reivindicación de la igualdad de género es urgente y necesaria.

Si bien es un tremendo aporte, no debemos olvidar que este debate lo damos en un marco jurídico incapaz de dar una respuesta robusta e integral frente a la violencia machista y las nuevas formas que adopta. Esa es una de las razones por cual estoy convencida que debemos APROBAR en un nuevo marco constitucional que no solo la reconoce sino que mandata a los órganos del Estado, fundamentalmente al sistema judicial a administrar justicia con perspectiva de género, considerando además, los nuevos fenómenos que a propósito de la era digital restringen o limitan el ejercicio de nuestros derechos.

Una sociedad en donde todas y todos participemos en condiciones de igualdad sustantiva (Art 6), que asegure la igualdad de género (Art 25) y una vida libre de violencia de género en todas sus manifestaciones (Art 27), que asegure la paridad y la perspectiva de género en la función jurisdiccional (Art 312) el derecho a participar de un espacio digital libre de violencia (Art 89), el derecho a la seguridad informática (Art 89), a la educación digital (Art 90) y otras garantías en el marco de las tecnologías son MÍNIMOS que debemos adoptar.

En momentos en donde por un lado quienes se niegan a los cambios entienden la paridad como “una estupidez”, pero al mismo tiempo poco a poco avanzamos en ámbitos como el juzgamiento de delitos con perspectiva de género, que no es contraria a un adecuado razonamiento judicial y a una valoración de la prueba que tome en cuenta “situaciones de desigualdad, discriminación, sesgos y otros factores” propios de una sociedad machista, y ante una oportunidad histórica para avanzar sustantivamente en el reconocimiento y protección de las mujeres a través de un nuevo marco constitucional, APROBARÉ este proyecto, esperando que sea uno de muchos cambios que se vengan a favor de las mujeres.

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