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Una familia residente de un condominio en San Ramón, La Serena, vivió una pesadilla cuando cinco individuos irrumpieron en su hogar a las 04:00 horas, sometiendo brutalmente a un matrimonio y su hijo, exigiéndoles dinero y objetos de valor con cuchillos en mano. Tras saquear la vivienda y cargar sus vehículos con bienes por $80 millones, Carabineros detuvo a dos personas con parte del botín. Aunque formalizados por receptación, la familia cuestiona la justicia tras la liberación temporal de los delincuentes, generando indignación en la comunidad y llamados a revisar los procesos judiciales en casos de violencia extrema. Las víctimas esperan que la Fiscalía logre enmendar la situación y llevar a los demás miembros de la banda ante la justicia, mientras un diputado solicita explicaciones al Ministerio Público sobre la calificación de delitos de receptación.

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La madrugada del pasado miércoles, una familia residente de un conocido condominio del sector San Ramón, en La Serena, vivió una de las peores pesadillas que alguien puede experimentar. A las 04:00 horas, cinco individuos ingresaron violentamente a su hogar, aprovechando la oscuridad y el silencio, para someter con brutalidad a un matrimonio y a su hijo.

El jefe de hogar, un hombre de 55 años, relató los momentos de angustia que vivieron en la intimidad de su casa.

Los delincuentes ingresaron por la ventana de su habitación mientras dormían, y sin darles oportunidad de reaccionar, se abalanzaron sobre ellos, amarrándoles las manos y pies. Lo mismo hicieron con su hijo, que dormía en otra pieza.

Sin duda fueron minutos de terror, donde los asaltantes armados con cuchillos, exigían con violencia que les entregaran dinero, joyas y otros objetos de valor.

Uno de los momentos más traumáticos para la familia fue cuando los antisociales tomaron al padre, le colocaron un cinturón en la boca y lo apretaron contra la nuca mientras lo paseaban por la vivienda, siempre con la amenaza de un arma blanca cerca de su estómago.

“¿Dónde están los relojes, el oro?”, exigían los criminales, al mismo tiempo que la víctima intentaba explicarles desesperadamente que no poseía lo que pedían.

El saqueo y la huida

La brutalidad de los asaltantes no se limitó a someter a la familia. Tras registrar la casa y no encontrar lo que buscaban, comenzaron a cargar televisores, cámaras de video y fotografía, ropa, muebles y otros objetos de valor en los propios vehículos de las víctimas: una camioneta Nissan NP300 y un Hyundai Santa Fe.

El saqueo duró cerca de 40 minutos. Luego, los delincuentes abandonaron el condominio por la puerta principal, dejando atrás a un grupo familiar destrozado.

Personal de Carabineros acudió al lugar tras recibir la denuncia por parte del conserje del condominio, quien fue alertado por el propietario que logró liberarse de sus ataduras. De acuerdo a la estimación de los uniformados, el avalúo de los bienes robados fue de $80 millones.

Las víctimas, visiblemente afectadas, fueron trasladadas a un recinto de salud para constatar lesiones mientras se iniciaba una intensa búsqueda de los responsables.

Detenidos, reconocimiento y libertad

Horas más tarde, un patrullaje preventivo en avenida Balmaceda dio frutos cuando Carabineros divisó la camioneta Nissan NP300 robada. La persecución culminó con la detención de dos personas, un hombre de 23 años con antecedentes por robos anteriores, y una mujer de 22 años sin antecedentes conocidos.

El jefe de hogar, al ser informado del hallazgo, se dirigió a la prefectura de Peñuelas a retirar su camioneta. Fue en ese momento cuando identificó al detenido como uno de los individuos que había robado en su casa, quien, para colmo, andaba vistiendo su ropa. Asimismo, se identificaron artículos y joyas de su señora entre las pertenencias recuperadas.

Al día siguiente, los detenidos fueron formalizados solo por el delito de receptación de vehículo motorizado en el Juzgado de Garantía de Coquimbo. En consecuencia, el hombre quedó con la medida cautelar de firma semanal, prohibición de salir del país y prohibición de acercarse a la víctima, mientras que a la mujer se le decretaron estas dos últimas.

Según pudo corroborar Diario El Día, Carabineros informó a través de bitácora web la vinculación de ambos delitos, así como también el reconocimiento que realizó el jefe de hogar de las especies robadas y del imputado. Sin embargo, el fiscal Ricardo Salinas formalizó solo el segundo ilícito, lo que derivó en la liberación momentánea de los antisociales.

Esta decisión judicial ha dejado a la familia en estado de shock y frustración, cuestionando la efectividad del sistema judicial. Se preguntan qué sucedió con la causa de robo con violencia en lugar habitado, un delito que debería conllevar penas mucho más severas.

Las penas por receptación, en comparación, son considerablemente más bajas, lo que ha generado un fuerte malestar y una sensación de impunidad que afecta a la comunidad entera. Este caso ha puesto en evidencia la necesidad urgente de revisar los procesos a los que se someten a los delincuentes en situaciones de violencia extrema.

Las víctimas esperan que la Fiscalía logre enmendar lo sucedido, que se haga justicia y se siga la línea investigativa para aprender a los otros integrantes de la banda delictual.

¿Qué dice la Fiscalía?

Al ser consultados por nuestro medio, desde la Fiscalía Regional se limitaron a explicar que “la formalización de cargos es una comunicación que se realiza a un imputado que es objeto de investigación sobre determinados hechos, los cuales, si se incorporan más y mejores antecedentes, durante la investigación, pueden cambiar, por lo que no es descartable, que si existe una línea investigativa que refuerce un delito de mayor gravedad, dicha formalización pueda modificarse”.

A raíz de este hecho, el diputado Juan Manuel Fuenzalida envió un oficio al fiscal nacional, Ángel Valencia, solicitando “remitir información sobre los criterios y condiciones que el Ministerio Público está considerando en la calificación jurídica de hechos punibles bajo la figura de receptación, así como las razones del alza de dicho ilícito en las comunas de Coquimbo y La Serena”.