En pleno año del cerdo, símbolo de prosperidad en China, el ganado del país es diezmado por la peste porcina africana, enfermedad que disparó los precios y las importaciones.

Según el ministerio de Agricultura, 1.16 millones de puercos fueron sacrificados de manera preventiva, una cifra probablemente subestimada pues las autoridades informaron de una baja de 60 millones de cabezas en el primer semestre del año.

El virus, particularmente virulento y para el que no existe ningún tratamiento, causa hemorragias mortales a los cerdos, que pueden terminar con la muerte en cuestión de días.

La peste, no obstante, no representa ningún peligro para el hombre, aunque coma la carne contaminada, según la Organización Mundial de Sanidad Animal y el Servicio Agrícola Ganadero (SAG).

En el mercado Sanyuanli de Pekín, conocido por ser uno de los puntos de abastecimiento de muchos restaurantes de la capital, los carniceros intentan infundir tranquilidad.

“Mire el sello azul”, se entusiasma una de las vendedoras, que no quiere revelar su identidad, señalando con el dedo la marca puesta en la carne por las autoridades sanitarias, supuestamente una garantía de seguridad.

“Y aquí el certificado que lo acompaña”, muestró a la agencia internacional France-Presse (AFP), frente a un escaparate donde faltan los clientes.

Ya sea puerco en salsa agridulce, bollos rellenos al vapor, raviolis o en rollos primavera: la carne de cerdo es de lejos las más consumida en el país.

Contexto | Max Pixel
Contexto | Max Pixel

La UE saca provecho

“La peste porcina africana toca hoy entre 150 y 200 millones de animales” en China, estima el banco Rabobank en un estudio que data de abril de 2019. “Eso equivale a la oferta anual de puerco en Europa”, agrega.

“El año pasado, la gente tenía miedo” de comer puerco porque la epidemia “era muy grave”, afirmó a la AFP la vendedora Feng Shuyue frente a un puesto de chuletas de cerdo.

“En muchos lugares se tuvo que matar cerdos enfermos (…). Hoy como los controles son muy estrictos” sobre la carne en Pekín, la gente “ya no tiene miedo”, asegura la mujer, mientras una cliente asiente.

El ganado porcino chino -la oferta más importante del mundo- disminuyó en 15% en el primer semestre a 347.6 millones de animales, según cifras publicadas el lunes por la Oficina Nacional de Estadísticas (BNS).

“Y lo peor está por venir”, advirtió Jan-Peter Van Ferneij, ingeniero encargado de la vigilancia internacional del Instituto Francés del Puerco (IFIP).

Las dificultades de abastecimiento hicieron saltar los precios del puerco en 21.1% este año, según la BNS; y podrían subir “40% en el curso de los próximos seis meses”, advirtió el banco Nomura.

Para responder a la demanda, Pekín recurre a la carne porcina extranjera, principalmente de la Unión Europea (+37% de importaciones de enero a abril según la Comisión Europea) y Brasil.

Contexto | Max Pixel
Contexto | Max Pixel

“El virus queda”

“Las importaciones se refieren sólo a lo congelado” y “sirven sobre todo a las grandes ciudades”, aseguró Van Ferneij.

Pero en el campo los precios son “más altos” porque los habitantes tienen la costumbre de comprar su carne “desde el matadero”, afirmó.

La peste porcina, detectada primero en el noreste de China, se propagó rápidamente por todas sus regiones. Sus vecinos Vietnam, quinto productor mundial, y Corea del Norte están también afectados.

“El transporte de animales es el primer vector de propagación del virus”, explicó Van Ferneij. A falta de una desinfección sistemática de los camiones, “el virus queda y los animales están en contacto con él cuando se les transporta”.

En China, la cría de cerdos se practica en gran parte en granjas familiares.

La aplicación de medidas de prevención se dificulta para “algunos vendedores y pequeños” criadores, mientras que la actividad a nivel industrial está mejor por los controles estrictos, dijo a la AFP Wang Xiaoying, del Instituto de Desarrollo Rural de la Academia China de Ciencias Sociales.