Investigadores de la Universidad Estatal de Ohio hicieron un análisis que busca determinar cuál sería el mejor método para reducir la ira, o lo que funcione para lidiar con esta emoción intensa. Así, descubrieron que la clave no estaría en el desahogo.
Y es que generalmente se recomienda recurrir a algún tipo de actividad para liberar la tensión en momentos de ira, como gritar, romper o golpear cosas, pero aparentemente esto no traería tantos resultados positivos.
“Creo que es muy importante acabar con el mito de que si estás enojado debes desahogarte, sacarlo del pecho“, comentó a Science Alert, Brad Bushman, científico de las comunicaciones y autor principal del estudio.
“Desahogar la ira puede parecer una buena idea, pero no hay ni una pizca de evidencia científica que respalde la teoría de la catarsis“, aseguró.
Los expertos revisaron una serie de estudios sobre la ira que se aplicaron a un total de 10.189 participantes de distintas edades, géneros, culturas y etnias. Su estudio se publicó recientemente en Clinical Psychology Review.
El método clave para reducir la ira
La clave, dicen los expertos, sería reducir la excitación fisiológica, es decir, apelar a la calma. “Es mejor realizar actividades que reduzcan los niveles de excitación. A pesar de lo que pueda sugerir la sabiduría popular, ni siquiera salir a correr es una estrategia eficaz porque aumenta los niveles de excitación y termina siendo contraproducente”, plantea Bushman.
El científico decidió revisar la evidencia disponible en estudios de ira para evaluar la supuesta eficacia de las populares “salas de ira”, donde las personas pagan para ir a un recinto a romper cosas con tal de liberarse de esta emoción.
“Queríamos demostrar que reducir la excitación, y en realidad el aspecto fisiológico de la misma, es realmente importante“, añadió Sophie Kjærvik, científica de la Universidad Commonwealth de Virginia, que también participó del estudio.
Los investigadores se basaron en la teoría de dos factores de Schachter-Singer, que propone que las emociones tienen dos lados, uno fisiológico y uno cognitivo. Pero la mayoría de los estudios sobre la ira se centran en el lado cognitivo.
Bushman y Kjærvik no descartan que el desahogo funcione en algunos casos, pero plantean la importancia de la calma como una vía alternativa. Por ejemplo, los estudios revisados determinaron que actividades como el yoga, la meditación o hacer respiraciones profundas, son tan eficaces como algunos deportes intensos que se usan para capear la ira.
“Es evidente que en la sociedad actual todos lidiamos con mucho estrés y también necesitamos formas de lidiar con él. Es beneficioso demostrar que las mismas estrategias que funcionan para el estrés también funcionan para la ira“, reflexionó Kjærvik.
Bushman por su parte, dijo que “ciertas actividades físicas que aumentan la excitación pueden ser buenas para el corazón, pero definitivamente no son la mejor manera de reducir la ira. Es realmente una batalla porque la gente enojada quiere desahogarse, pero nuestra investigación muestra que cualquier sensación buena que obtenemos al desahogarnos en realidad refuerza la agresión”.
Esto no significa que se deba ignorar la ira, aclaran, pero si sugieren encontrar otra forma afrontarla y validar el sentimiento.