Nick Kyrgios y Tanashi Kokkinakis son dos jóvenes tenistas autralianos, de la misma generación que Christián Garín con quien compitieron en las categorías de menores de la Federación Internacional de Tenis.
Ambos despegaron más rápidamente que Garín y ya están insertos entre los mejores 100 del mundo. De hecho, en Wimbledon de 2014, Kyrgios eliminó a Rafael Nadal en la que es su más significativa victoria. Pero los dos adolecen de un problema: su falta de ética deportiva, su escaso respeto a los rivales.
Kyrgios, en el Master 1000 de Montreal agredió de palabra a Stanislas Wawrinka con mensajes relacionados con supuestas infidelidades de su actual pareja con Tanashi Kokkinakis. Fue repudiado por grandes del tenis como Novak Djokovic y Roger Federer y el público del torneo de Montreal.
Kokkinakis se contagió o sintió la presión que le endosó gratuitamente su compatriota y en el certamen Master 1000 de Cincinnati sostuvo, red de por medio, una acalaroda discusión con el norteamericano Ryan Harrison en la primera ronda de la clasificación. Con pechazos e insultos ambos estuvieron a punto de comenzar a golpearse con los puños. La rápida intervención del juez de silla y el director del certamen deshizo lo que pudo convertirse en un escándalo mayor. Algo está fallando la conducta de estos promisorios jugadores oceánicos y sería interesante observar la reacción de la Federación Australiana de Tenis, respetuosa de las reglas de este juego, y que ha sido parte fundamental de la formación de Kyrgios y Kokkinakis.
Síguenos también en nuestra página de Facebook.