La Iglesia que ampara los abusos se ha desplegado en varios frentes. Su líder doctrinario, el Cardenal Medina, ha hecho un llamado público a desconocer la autoridad del Papa. Medina convoca a una rebeldía que llega hasta el condicionamiento de la obediencia debida al Papa. Todavía no hay ruptura, pero ya hay falta de respeto.