Con suma urgencia: Se necesita un gobierno decente

La política como históricamente la conocemos, ha muerto. Sintámonos bien y disfrutemos el alivio. Pues aquello que murió, nunca fue política en realidad. Para la gran mayoría de sus emblemáticos representantes, no fue más que un arte barato y chabacano; para influir en la ciudadanía y succionarla hasta el hastío. Una gran parte de ellos, consideró a la República y a su Estado de Derecho como un riquísimo botín financiero y mediático, que les otorgaría fama, prestigio y riqueza personal.