Hay temas de los que uno podría hacer una zaga televisiva con más temporadas que Sábados Gigantes. Y el de hoy es uno de esos: vamos a hablar de los funcionarios públicos, de los autodenominados ‘perseguidos políticos’. Me refiero a los idealistas esos que llevan años haciendo patria… y que hoy, a pesar de sus méritos, el Gobierno quiere “desvincular”. La historia comienza cuando a fines del año pasado, el señor Aleuy emite una circular en la que instruye a los funcionarios de confianza, asesores y a honorarios (Repito: funcionarios de confianza, asesores y a honorarios), a dejar sus cargos el día 11 de marzo de este año. Un gesto elegante, de decencia, del que entiende que los que llegaron al Estado con un Gobierno, deben irse cuando ese Gobierno termina. Simple.
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