La cocina maloliente de la CUT

Cada vez que hay elecciones en la Central Unitaria de Trabajadores todo es oscuro. Denuncias de padrones abultados, de plata que aparece a última hora que paga las cuotas atrasadas de misteriosos sindicatos, de sindicatos raros como el de lectores de Tarot aportan elementos a la escenografía sindical.

La UDI, después de muchas críticas, abandonó la elección indirecta y, finalmente, acogió la sana práctica democrática de un militante, un voto. La CUT no es capaz de un trabajador, un voto. Prefiere el voto indirecto para armar cada cuatro años una cocina que deja chica a la del senador Andrés Zaldívar. En esta columna, algunos datos sobre las últimas elecciones en la CUT.