En estos días, a propósito de las acusaciones por financiamiento irregular de la política, la institución que está en la mira es ni más ni menos que el Servicio de Impuestos Internos.
Su director, Michel Jorratt, que entregó boletas a la empresa Asesorías y Negocios de Giorgio Martelli (que se ha defindio él mismo como operador político y recaudador de platas para campañas políticas), anunció que se inhabilitará en los casos de empresas con los que haya tenido algún vínculo laboral en los dos años previos a asumir su cargo.
Lo increíble no es esa decisión, sino los aplausos que ha cosechado. ¿Pero, no es eso lo mínimo que tiene que hacer?