Vas a un día de campo, tomas tu auto y te alejas de la zona, hasta que en el límite una persona te dice que debes detenerte, que llevas algo atrás. Miras y sólo notas una gran mancha con abejas casi pegadas a la carrocería.

Algo así fue lo que vivió Carol Howarth, una jubilada de 65 años que hace unos días acudió hasta una reserva natural cerca de su casa en Haverfordwest, Reino Unido.

La historia comenzó cuando al salir de la reserva, un guardaparque le advierte de lo que tiene atrás, por lo que decidió ayudar a retirar a los antófilos. “Las abejas necesitan nuestra ayuda y me preocupaba que algún idiota viniera a verter agua hirviendo sobre ellas o alguna estupidez así”, explicó Tom Mose al británico The Telegraph.

Así fue como con paciencia, pudo espantarlas y sacarlas de la parte trasera del Mitsubishi 4×4, modelo Outlander. Tras ello, la mujer llega a su casa y al despertar el día siguiente la sorpresa fue mayúscula: nuevamente estaban las abejas ahí.

¿La razón? Si bien no han podido confirmarlo, todo indica que la abeja reina quedó atrapada en el sector trasero del vehículo. La teoría la expuso uno de los apicultores que debió llegar a la escena para intentar sacarlas.

Tom Moisés | Metro

Tom Moisés | Metro

“Creemos que la reina se sintió atraída por algo en el coche, tal vez algo dulce, y se metió por un hueco del limpiaparabrisas trasero o tal vez por una bisagra”, afirmó Roger Burns, quien con una caja consiguió atrapar a varias de ellas.

Las 20 picaduras contra Burns impidieron que pudiera seguir trabajando, requiriendo la ayuda de otros colegas que hicieron el resto del trabajo. De la abeja reina no se sabe mucho, ya que no se logró encontrar. Presumiblemente escapó.

Tom Moisés | The Telegraph

Tom Moisés | The Telegraph

Las abejas persiguen a su reina, la que protegen de todo mal y amenaza. Es tal su devoción, que ofrecen su vida por ella.