Si deseas que tu ambiente laboral sea lo más grato posible, puedes poner en práctica algunas recomendaciones que te ayudarán a lograrlo.

Benjamín Toselli, presidente ejecutivo de la consultora IT Hunter, asegura que la “oficina” es, prácticamente, un segundo hogar para cualquier persona, pues son al menos 8 horas las que se pasan en ella, cada día de la semana.

“Es por lo anterior que uno de los elementos fundamentales, en el grado de satisfacción y compromiso que tenga un trabajador, es la disposición que muestre hacia su empleo y entorno”, afirma el directivo.

En este sentido, una de las primeras recomendaciones que entrega el especialista es mantener siempre una actitud positiva.

“No hay que olvidar que nuestros pensamientos inciden en nuestros sentimientos y estos en nuestro comportamiento. De ahí que mirar siempre la mitad llena del vaso nos permite avanzar hacia nuestros objetivos, pues genera movimiento y hace que las demás personas quieran estar con nosotros. En cambio, centrarse en lo negativo nos impide avanzar y nos aleja del resto”.

Otro aspecto que menciona Toselli es dar señales y asumir actitudes de compañerismo hacia los colegas, como una forma de empatizar con ellos y confirmar que se es parte de un equipo, de algo mayor.

“Si bien una persona puede pertenecer a un área determinada, no puede pretender trabajar como una isla frente al resto de sus compañeros. Hoy, en muchas organizaciones, las personas además de lograr metas individuales, también deben conseguir metas grupales, como una forma de estimular la sinergia y el trabajo en equipo. Entonces, en la medida que exista empatía entre los individuos mayor es la probabilidad que tales metas grupales se cumplan con éxito”, sostiene el experto.

Un tercer factor a considerar es que la persona desarrolle y ponga en práctica una buena comunicación hacia el resto de sus compañeros de trabajo.

“Esto significa transmitir ideas en forma clara y a tiempo, ya sea para realizar consultas, aclarar dudas, pedir consejos, entregar retroalimentación, plantear soluciones y dar a conocer inquietudes, por ejemplo”.

Un cuarto elemento a tener en cuenta se relaciona con mantener el orden y la higiene en el escritorio.

“Es aconsejable siempre trabajar con el escritorio despejado, sólo poner sobre este aquellas cosas que vamos a ocupar. Una mesa de trabajo llena de papeles y carpetas puede generar una percepción de agobio o sensación negativa”, indica el profesional.

Asimismo, contar con espacios o instancias para realizar actividades extra laborales también contribuye a que el ambiente del trabajo sea más grato para las personas.

“Cada vez es más común que personas que trabajan en la misma área o unidad, por ejemplo, se ponen de acuerdo para almorzar en grupo o para asistir a un happy hour un día a la semana, instancia en la que abordan temas ajenos a la oficina y sirve para cambiar de ambiente”, señala el ejecutivo de IT Hunter.

Ser más felices

Por otro lado, según un estudio realizado por Mihaly Csikszentmihalyi, dado a conocer en su libro Flow, uno de los factores más importantes para alcanzar la felicidad es el trabajo. Y es que para nadie es novedad que si pasamos gran parte del día trabajando, este influirá directamente en nuestra calidad de vida, bienestar y felicidad.

Por lo mismo, la felicidad actualmente es un valor que está siendo muy apreciado en las empresas, el cual incluso está siendo incorporado como una inversión en las organizaciones.

“Hoy la felicidad se investiga, se mide y se divulga. La misma ha cambiado sus percepciones entre quienes hoy han definido lo que significa ser feliz en el trabajo. Nos encontramos con organizaciones que incluso, además de talleres y buenas prácticas, generan dinámicas en las que invitan a conocidos humoristas para que a través del humor relaten experiencias de vida y la búsqueda de la felicidad”, señala Claudia Aliaga, Jefa de Empleabilidad de la Universidad del Pacífico.

Pero, ¿qué nos hace felices en el trabajo? “Si consideramos que parte importante de nuestra vida transcurre en nuestros puestos de trabajo, por lo mismo, ese tiempo laboral debiera desarrollarse en las mejores condiciones, tanto físicas como emocionales, para que vayan en beneficio no sólo de nosotros, sino también del grupo de trabajo y de la organización en la que estamos desempeñándonos”, plantea Aliaga.

“Ese escenario óptimo o estado ideal debiera implicar que la persona está motivada, activa y que se siente feliz de lo que hace y en el lugar que está. El panorama se complica cuando no estamos contentos ni armoniosos en el trabajo, así como cuando perdemos el empleo y la nueva búsqueda laboral no resulta fructífera”, agrega.

La especialista en empleabilidad destaca que algunos estudios realizados en nuestro país arrojan que, contrario a lo que muchos piensan, más importante que el sueldo es el hecho de tener un trabajo.

“Se producen algunas contradicciones en el sentido de que algunas encuestas revelan que una gran mayoría de las personas declaran que no son felices en su puesto de trabajo, pero cuando no lo tienen o lo pierden, valoran y sienten que sí lo eran”, explica.

A lo anterior, Claudia Aliaga indica que se suman como factores importantes para la felicidad en el trabajo, la estabilidad y el florecimiento: un concepto más amplio que incluye la felicidad y el desempeño, las emociones positivas, la actividad y la capacitación permanente, como una condición clave para el desarrollo personal y la autoestima.

Con todo, la actitud personal también es fundamental. En ese sentido, la Jefa de Empleabilidad de la Universidad del Pacífico puntualiza que para estar feliz en el trabajo y con la autoestima plena, es clave poder trabajar sin sufrir, y controlar el estrés y la ansiedad.

“Hay que evitar el sufrimiento inútil, sacar siempre el lado positivo y no hundirse; tener claro que las emociones se contagian, por lo que se debe intentar ser un agente de armonía y evitar a los ladrones de energía; saber comunicar y negociar, resolver los conflictos, sentirse satisfecho con lo que se hace”.

En resumen, la felicidad en el trabajo es un desafío tanto como para el trabajador como para las organizaciones.

“Aquí se deben fomentar los ambientes de trabajo gratos para todos, donde cada uno se plantee también el poder construir relaciones armoniosas, aprender a decir que no cuando corresponda y de manera cordial, invitar a la reflexión, practicar la compasión con aquellos que no son de nuestro agrado, huir de los ambientes enrarecidos, realizar el trabajo de manera eficiente y sentirse empoderado cuando tenga que volver a empezar, sin pedir trabajo, sino que ofreciendo su experiencia y valor”, finaliza Claudia Aliaga.