Tras 7 años, el Juzgado de Garantía de Puente Alto cerró definitivamente la investigación por el caso del joven Hans Pozo, que el 2006 conmocionó a la sociedad chilena a causa del descuartizamiento que sufrió.

El fiscal de la Zona Metropolitana Sur, Patricio Vergara, específicó que se realizaron una serie de diligencias para descubrir a los culpables de la muerte del joven, las que finalizaron con la identificación de un único sospechoso, el comerciante de helados Jorge Martínez Arévalo, quien de acuerdo a la justicia militar se suicidó el 8 de abril del 2006 cuando Carabineros llegó a su domicilio para indagar su relación con el joven.

Con lo anterior, de acuerdo al persecutor, se reúnen las dos hipótesis que permitieron este sobreseimiento definitivo.

Recordemos que el 27 de marzo del 2006 un perro fue visto con parte del cuerpo del joven, cuyos restos se fueron encontrando de forma progresiva. Pozo, adicto a la pasta base, era conocido por prostituirse en la zona sur de la capital.

De acuerdo a una carta que Martínez Arévalo dejó escrita antes de suicidarse, el comerciante estaba siendo extorsionado por el joven. En la misiva, que para el Ministerio Público resultó ser prueba irrefutable de su responsabilidad en la muerte del joven, pedía perdón y decía “Soy responsable y no lo puedo soportar”.