El presidente de Cuba, Raúl Castro, encabezó este lunes los funerales del ministro de Defensa y vicepresidente, general Julio Casas Regueiro, su “mano derecha” en las Fuerzas Armadas, fallecido el sábado a los 75 años de un paro cardiorrespiratorio.

Acompañado de altos oficiales de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), del Gobierno y del Partido Comunista (PCC, único), Raúl Castro presidió la sesión solemne en que condecoró al ministro post mortem como Héroe del Trabajo de la República de Cuba, ante la urna con sus cenizas, informó una radioemisora local.

La orden fue concedida por el Consejo de Estado (Ejecutivo) por “su excepcional hoja de servicios a la Revolución, su defensa y a la economía nacional”, según el decreto leído por el secretario del Consejo, Homero Acosta, en una sala del Ministerio (Minfar).

El mandatario colocó la medalla en un cojín al lado de la urna con las cenizas de Casas, en el cual estaban prendidas otras distinciones militares y políticas a que fue acreedor durante más de medio siglo, según la descripción que hizo la emisora Radio Rebelde de la ceremonia, a la que no tuvo acceso la prensa internacional.

Casas Regueiro fue un histórico de la revolución, clave para Raúl Castro en la concepción del nuevo modelo económico que buscan las más de 300 reformas aprobadas en abril pasado por el VI Congreso del Partido Comunista (PCC, único).

Vicepresidente del Consejo de Estado, miembro del selecto Buró Político del PCC y del Consejo de Ministros, Casas Regueiro era el cuarto hombre en la actual estructura de poder en la isla, a pesar de actuar en público muy discreto, tras el vicepresidente José Ramón Machado y el histórico comandante Ramiro Valdés.

Tras la ceremonia oficial en la que participaron 250 altos oficiales, ciudadanos que forman fila desde temprano en las afueras del Minfar desfilarán frente a la urna, en una jornada que durará 12 horas, a lo cual sí fue invitada la prensa extranjera.

El Consejo de Estado decretó tres días de duelo oficial, por lo que las banderas cubanas fueron puestas a media asta en todas las instituciones oficiales del país.