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Especialistas advierten que dormir en un colchón viejo es una opción no recomendada, ya que puede afectar la salud y calidad del sueño, causando dolores musculares. Por ello, se aconseja renovar el colchón cada 8 a 10 años, aunque señales como flacidez, hendiduras, dolores al despertar o problemas para conciliar el sueño podrían indicar la necesidad de cambio antes de ese plazo. Uno de los especialistas destaca que los dolores de cuello y espalda al levantarse podrían ser signos de que el colchón no brinda el soporte adecuado, lo que también afecta los niveles de energía. Además, mantener un colchón viejo puede propiciar la formación de moho, acumulación de ácaros, polvo y células muertas, aumentando los problemas respiratorios y alergias si no se limpian regularmente.

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Dormir en un colchón viejo no es una opción recomendaba por especialistas, pues todas sus razones son asociadas a problemas de salud.

Motivos como la falta de tiempo o dinero, es que las personas deciden no invertir en un colchón nuevo.

Sin embargo, aquella decisión sería un problema para la salud, pues afectaría la calidad del sueño y dolores musculares.

Según el sitio, Business Insider, el colchón debería renovarse cada 8 o 10 años, ya que uno demasiado usado, no ofrece la misma resistencia que uno nuevo.

Sin embargo, es recomendable estar atento a los malestares que surjan antes de aquellos años, pues podría ser la señal de que el colchón no está cumpliendo su función.

Señales para cambiar el colchón

“Si notas flacidez o hendiduras, te despierta con dolores, molestias o tienes problemas para dormir sin ninguna otra razón obvia, entonces probablemente sea el momento”, afirma Kunal Kumar, director médico del Centro del Sueño, en el Centro Médico Einstein de Filadelfia.

Según detalla el cirujano de columna Joshua Abrams, si los dolores musculares como dolor de cuello y espalda inician al levantarse de la cama, es una posible señal de que el colchón no brinda el soporte adecuado.

“Un colchón deficiente que cause dolor de espalda también puede provocar rigidez, problemas de cuello y niveles reducidos de energía”, explica.

Por otro lado, según el sitio español Dormitienda, un colchón viejo podría provocar la formación de moho, gracias a la acumulación de sudor en las noches.

Sumado a ello, también sería un recipiente de células muertas, que se desprenden del cuerpo al dormir.

Además, un colchón viejo tiende a acumular ácaros y polvo, los que si no son limpiados con regularidad, incrementan los problemas respiratorios o alergias.