Con frecuencia nos encontramos con diferentes colores de yema de huevo, pero, ¿sabes a qué se debe esta diferencia en la coloración?

Existe el mito que entre mayor coloración es mayor su aporte nutricional, pero esto completamente falso.

Antes los consumidores creían que el color claro o intenso de las yemas se trataba de un huevo más sano y nutritivo. Lo cierto es que el color de la yema puede hablarnos de la salud y las condiciones de vida de la gallina en cuestión, pero no te dice si este es más nutritivo o no.

La yema de huevo está compuesta en gran parte por grasas, y éstas permiten la asimilación de pigmentos liposolubles (es decir, que las sustancias responsables del color, son solubles en grasa). Estos pigmentos logran la coloración característica de la yema de huevo que varía desde un amarillo pálido, hasta un naranja intenso.

Pixabay (CCO)
Pixabay (CCO)

“El color depende principalmente del alimento de la gallina. Las gallinas se alimentan de diferentes mezclas de granos; aquellas que son alimentadas con mezclas de maíz amarillo o alfalfa, producen yemas de un amarillo claro; mientras que las gallinas que tienen oportunidad de comer alimentos con mayor contenido de carotenoides, los transfieren a la yema y se obtiene como resultado un color más intenso” comenta Nelson Aguilar, veterinario de La Granja, Gallinas Libres.

Por lo tanto, mientras más carotenoides haya en la dieta de una gallina, más rico será el color de su yema. Eso refleja de inmediato la concentración de vitaminas en la yema, como por ejemplo vitaminas D, A y E.

Y si te preguntas si son mejores los huevos con cáscara de color beige o blanca, en la siguiente nota tenemos la respuesta: