La depresión es un problema que va en aumento en el mundo, sin embargo, aún es un tema tabú que muchos esconden para no sentir vergüenza o reproches del resto.

Cada 13 de enero se conmemora el Día Mundial de Lucha contra la Depresión, un trastorno que va en aumento en el mundo llegando a cifras preocupantes y que siguen subiendo tras la pandemia.

La depresión es un problema que puede afectar a cualquier persona sin importar su edad, raza, género, etc. y a pesar de que la sociedad ha avanzado mucho en quitarle el estigma, todavía hay quienes se avergüenzan de vivir con ella y otros que no logran entender esta enfermedad.

De acuerdo a la clínica Mayo, la depresión se define como un “trastorno emocional que causa un sentimiento de tristeza constante y una pérdida de interés en realizar diferentes actividades”, agregando que afecta “los sentimientos, los pensamientos y el comportamiento de una persona”.

El peligro de la depresión funcional

Pero la enfermedad va más allá y cada paciente lo vive de manera diferente. De hecho, dentro de la depresión existen diferentes tipos con síntomas distintos, algunos de los cuales suelen ser enmascarados por el comportamiento diario de la persona.

Uno de ellos es la llamada Depresión sonriente, la que puede incluso pasar desapercibida hasta por los más cercanos.
Vanessa Rodríguez Pousada, profesora colaboradora del máster universitario de Psicopedagogía de la Universitat Oberta Catalunya (UOC), explica que este tipo “hace referencia a los cuadros depresivos que cursan con la sintomatología típica asociada a dichos trastornos, pero en los cuales el sujeto diagnosticado muestra un afán de ocultamiento”.

Añade que “este anhelo redunda en una posición activa para que las personas que lo rodean no perciban el malestar al que está haciendo frente”.

En los últimos años, no han sido pocos los famosos que han tomado la decisión de acabar con su vida sin que su familia siquiera se hubiese enterado de que vivían con una Depresión sonriente.

El actor Robin Williams y el cantante Chester Bennington fueron dos de ellos. De hecho, fue la esposa del líder de Linkin Park quien subió una foto a su cuenta de Twitter en ese entonces diciendo: “Esto fue días antes de que mi esposo se quitara la vida. Los pensamientos suicidas estaban ahí, pero nunca lo podrías haber notado”.

Muy parecida a la anterior, es la depresión de “Alta funcionalidad”. La psicóloga de la Universidad de Webster en Missouri, Jameca Woody Cooper, explica que aunque en sí no es un término médico, sino que un concepto coloquial, se refiere a una persona que “está pasando por una enfermedad mental, sin embargo, es capaz de funcionar y no verse enferma para el resto”.

Montrella Cowan, terapeuta y oradora de DC, en conversación con Washington Post, ejemplificó que este tipo de depresión incluso puede afectar a personas que se ven exteriormente exitosas: “Es posible que una persona sea productiva, gane seis cifras, tenga la casa más grande, un buen automóvil y esté deprimida”.

Debido a que los pacientes de este trastorno pueden “ocultar” los síntomas por mucho tiempo, el enmascaramiento también es considerado como uno de ellos y el más fundamental.

Este síntoma consiste en actuar una emoción y acción para esconder el sentimiento real. Este en ocasiones logra ser tan intenso, que ni los propios pacientes son capaces de identificar que desarrollan el trastorno.

A mediados de diciembre, el DJ y actor estadounidense, Stephen “Twitch” Boss, fue encontrado muerto en la habitación de un hotel tras quitarse la vida. El artista era un bailarín experto que solía compartir video bailando y riendo con su familia.

Según su esposa, nunca vio venir algo así, pues Twitch parecía ser un hombre feliz, no obstante, vivía con trastorno depresivo persistente, que logró enmascarar ante todos.

A través de los años, mientras la depresión iba dejando atrás sus estigmas, famosos de todo el mundo comenzaron a hablar de cómo enfrentar la enfermedad y qué ha significado para ellos, esto como una forma de crear consciencia y dar a entender al mundo que no se trata solo de “echarle más ganas ala vida”.

Tamara Acosta

La actriz ha hablado en múltiples oportunidades de la depresión endógena que la afecta, cuyos primeros episodios comenzaron a aparecer a los 14 años. “Se manifestaba con mucha tristeza, que también se mezcla con la adolescencia. Pero yo, ahora con la distancia, lo veo y va más allá de la adolescencia. Es una cosa que no era normal”, comentó hace un tiempo en el programa De tú a tú.

“Sentía que nada tenía sentido. Me sentía muy sola, me encerraba harto. Lloraba harto. Recuerdo haber llorado sola sin saber por qué. Por una pena profunda, no más”, describió entonces.

De acuerdo a la intérprete, aquellos episodios de tristeza intensa podían durar meses. Sin embargo, recién a los 30 años fue diagnosticada con depresión recurrente, tras enfrentar una crisis mayor. “Era sin poder moverse. Con crisis de angustia, crisis de pánico, sin poder levantarse de la cama. Ni siquiera te puedes levantar”, recordó Acosta entonces.

La actriz explicó que el solo hecho de “bañarse era como subir el Everest”. Asimismo, apuntó a una sensación de que “el dolor es tan grande que cualquier cosa que lo aplaque es mejor que esto”.

Aunque quitarse la vida nunca estuvo en sus planes, sí hubo momentos complejos. “No pensé en suicidarme, pero sentí ganas de no estar. No pensé como que voy a hacer esto para no estar y suicidarme. Pero sí algo que me aliviara”. “Ese es el peligro de las depresiones, que terminan en suicidio porque no se soporta (el dolor)”, comentó.

“Tengo algunos periodos borrados, pero recuerdo haber ido manejando y haber pensado, tener las ganas de soltar y ya. Tuve la lucidez de decirme a mí misma: ‘chuta, ojo””, confesó.

Así, la actriz decidió internarse en una clínica al darse cuenta de la gravedad de su diagnóstico. “Estuve unos días en una clínica, otros en la casa de mis papás. Ahí es donde me regulan todos los medicamentos”, reveló.

Respecto al estigma de pacientes psiquiátricos, Acosta comentó que pese a todo “sentí que me decían ‘sabes, tú no estás loca. No eres complicada. No, tú tienes una enfermedad, y esta enfermedad se trata de esta manera’. Uno aprende a conocerse también, y uno sabe cuáles son los límites”.

Pedro Carcuro y la depresión de su hijo

Uno de los grandes dolores del periodista Pedro Carcuro fue la muerte de su hijo Franco, quien también vivía con una depresión endógena y decidió quitarse la vida en 2009.

Su decisión fue un shock para la familia, que no entendía nada. “La depresión es como un cáncer del alma y de la mente”, afirmó también el programa de Martín Cárcamo.

“Esa es la explicación, pero para uno desde la vereda del amor, desde la relación de padre con un hijo, donde conversábamos todos los días, a cada rato y de todo, uno no lo puede aceptar, no lo puede entender. Uno se pregunta ¿y por qué pasó esto? ¿Por qué a mí me tocó esto? ¿Por qué esta injusticia tan grande?… es parte de una mochila que se hace insoportable de llevar”, dijo.

De hecho, Carcuro reconoció que “uno nunca se imagina lo peor, uno ve una amenaza que está ahí, la detecta, la conoce, la siente, pero nunca se imagina que lo peor va a llegar… uno siempre piensa que mágicamente, de alguna manera, va a llegar una solución, pero no aparece, en estos casos no aparece”, señaló.

Stefan Kramer

Tras su exitosa rutina de 2008 en el Festival de Viña del Mar, Stefan Kramer pasó por una profunda depresión. De acuerdo al comediante, entonces de 26 años, sentía un gran vacío dentro suyo.

“Cuando ocurre el hecho de las Gaviotas, los aplausos, la ovación, el púbico de pie, tú estás como: ‘¡Gracias! Qué estén bien’. Te fuiste de ahí y ya es otro día, es otro momento, no cachai nada”, aseguró en el programa Buenas noches a todos.

“Al otro día la rutina la repiten como loco en la tele y todos los días. Entonces lo primero que pensé es ‘hueón, no tengo otra rutina. ¿Qué hago? ¿Repito lo mismo? ¿Cómo lo hago?’ Se empezó a transformar en una sensación de que yo no tenía otro objetivo en mi vida”, reveló.

Asimismo, Kramer dijo que sentía que “me preparé para esto, di lo mejor y… ¿Qué hago ahora? ¿Cómo lo continúo? ¿Qué espera la gente?”. Y pese a que comenzó a realizar nuevas rutinas, todos destacaban su victoria en 2008.

De acuerdo al imitador, tras el show acabó con “esta sensación de cómo me reinvento. No sé como explicarlo, pero cuando no me fijo un objetivo y empiezo a cachar qué hago ahora y cuando tienes un éxito que fue muy arrollador, muy grande… empecé a sentirme con angustia de no saber qué hacer, qué pasos dar y saber que no lo podía compartir”.

“Si yo llegaba a alguien y le decía: ‘Me siento extraño’. Me iban a responder: ‘te ha ido la raja, anda a quejarte a otra parte’”, recordó.

Así, vivió su propia crisis existencial en cómo continuar sobrellevando el éxito, refugiándose en su pareja y su familia. “Estuve un año y medio o dos años bien mal, la Paloma me apoyo en todo y hablábamos. Al principio era una situación… me sentía apoyado, pero llega un momento en que es mucho”, explicó.

Es por esto que Kramer decidió pedir ayuda a un psicólogo por su depresión, quien también lo derivó a un psiquiatra con quien tuvo tratamiento farmacológico. De todas formas, el humorista reflexiona en que fue positivo haber pasado por ese episodio entonces.

“Pienso que es bonito que me haya ocurrido, también y pasan los años y pienso ‘qué bacán encontrarte a uno mismo tan joven’ (…) Creo que esa crisis se me adelantó y fue bueno vivirlo, hoy veo a la distancia esos dos años que estuve con soledad, sufriendo, para después decir que hay una salida”, cerró.

Andrés Caniulef

El periodista de espectáculos Andrés Caniulef reconoció públicamente en 2018, que sufrió de una profunda depresión que incluso lo hizo alejarse de las pantallas de la televisión durante un tiempo.

Según contó en ese momento, había presentado algunos signos de la enfermedad a los que no le prestó mayor importancia hasta que sufrió un ataque de pánico en medio de una tanda comercial de La Mañana de Chilevisión, donde trabajaba entonces.

“Uno escucha sobre las crisis de pánico, pero nadie puede entenderlo hasta que lo vive. Es un lado tan oscuro y a veces perverso, no te deja avanzar, no vives. Así de perverso puede ser”, dijo a La Cuarta.

Al poco tiempo dejó Chilevisión y se alejó de la televisión por algunos meses, tiempo en que se centró en su recuperación. Inició un tratamiento en una clínica psiquiátrica, donde pudo entender la enfermedad.

Su depresión fue desencadenada por varios factores, incluyendo el final de una relación de dos años con su expareja y algunos temas familiares no resueltos.

Además de tener varias sesiones con su psiquiatra, el periodista también explicó que la segunda parte de su terapia lo llevó a volver a vivir a la casa de sus padres, para reencontrarse con su familia y raíces.

Actualmente se encuentra recuperado y de vuelta al trabajo.

Claudia Salas – Depresión Endógena

La periodista y exconductora de Meganoticias, Claudia Salas, reveló que sufre de depresión endógena.

“Las personas que tienen esta enfermedad me entenderán: no es que seamos débiles de carácter ni malagradecidos. He escuchado cientos de veces ‘pero si eres linda, inteligente, tienes gente que te quiere, tienes trabajo bla bla…’ literalmente BLA. Porque eso suena en nuestras cabezas mientras tratan de ayudarnos con palabras de aliento que lamentablemente no hacen nada”, afirmó en su cuenta de Instagram.

En ese momento, Salas explicó que “es una enfermedad, un desbalance químico en el cerebro. Tengo depresión endógena y trastorno del ánimo. Hay depresiones que se generan por elementos externos, pero yo nací así y fui diagnosticada saliendo de la universidad, a los 25 años”.

Sus razones para hablar del tema fueron porque, asegura, sigue siendo “un tema tabú”. “No tenemos educación sobre el tema (…) Mi psiquiatra en febrero me recomendó una licencia porque estaba agotada y no me la quise tomar por el estigma alrededor del tema”, dijo.

Cristian Sánchez

Han sido años duros para Cristián Sánchez. A la muerte de su hermano mayor, se sumó una profunda depresión que venía arrastrando hace tiempo.

“Siempre he sentido que tengo la misión de mantener entretenido a mi círculo. Era el divertido, el apañador. Quizás por eso, no me revisé y se gatilló en la depresión más tarde, porque uno comienza a guardar todo debajo de la alfombra. Yo tenía la sensación de culpa, me preguntaba por qué yo podría estar deprimido”, aseguró en 2018, en el matinal Buenos Días a Todos.

Fue en ese minuto que su mujer, Diana Bolocco, notó lo que le pasaba y lo motivó a tratarse. “Por la Diana yo fui a preguntar. Si ella no me lo hubiera dicho yo hubiese seguido en lo mismo. Ella me vio apagado, y me lo dijo” narró.

Contó además que cuando su círculo cercano se enteró fue muy difícil. “Para el resto fue muy sorpresivo porque yo intentaba mostrarme siempre bien. Pero a veces

Años más tarde, volvió a tocar el tema junto a Francisca García-Huidobro en plena pandemia. “Me costó mucho, mucho (darme cuenta). Viéndolo así como en retroespectiva, me demoré un par de años en sacarme bien la foto, en lo que estaba viviendo”.

“Me acuerdo un día que yo estaba con toda mi familia, estábamos celebrando un cumpleaños de alguno de mis hermanos y me vi a mí, estando en este momento de alegría, no disfrutando. Estando así como pasivo. Nada, sin emoción, sin nada”, contó.

Asimismo, reconoció su trabajo en televisión también le hacía quitarle importancia a lo que pasaba. “Justamente, el día a día, en los mismos programas que uno hace, uno ve unas realidades tremendas. Ahí uno podría decir: ahí (sí) lo están pasando mal. Pero es algo mucho más potente. Es algo que te mata la voluntad”, dijo.

“No basta con decir hoy día me voy a poner de pie… Lo hice mil veces. Voy a salir adelante y vamos y me pongo de pie de nuevo. No se puede y eso es lo angustiante, que la voluntad queda completamente de lado. Todo lo que te han formado, de que con la voluntad puedes mover montañas, no es así. No puedo. Y en algún momento es como: déjenme en paz, déjenme descansar o ayúdenme”, agregó.

Su esposa Diana Bolocco, en tanto, aseguró que “fue un pésimo aporte, porque me costó darme cuenta, me costó mucho darme cuenta. Yo debí haberle tirado una tabla de salvación antes y no lo hice”.

“Yo dentro de mí lo debiera haber sabido. La verdad es que no lo veía tan mal, pero había dejado de ser Cristián, y no me había dado cuenta de que dejó de ser él mismo. Como esa chispa, esa sonrisa, la conversación. Como que ese Cristián no estuvo más”, continuó.