Todo apuntaba a que el actual presidente de gobierno español quedaría relegado al segundo lugar en las elecciones generales del pasado domingo. Pero pese a que este vaticinio se cumplió, lo cierto es que Pedro Sánchez (PSOE) terminó sacando cuentas alegres, a diferencia de Alberto Núñez Feijóo (PP), quien reconoció que su formación no alcanzó las “expectativas” que auguraban las encuestas.

En unos reñidos comicios, el PSOE (Partido Socialista Obrero Español) alcanzó los 122 escaños, mientras que el opositor PP (Partido Popular) se ubicó en primer lugar con 136. Pese a esta diferencia, ningún bloque logró la mayoría requerida para formar gobierno en el país europeo.

Es bajo este escenario que Sánchez aparece mejor perfilado para lograr aglutinar a las fuerzas políticas requeridas y así mantenerse en el poder.

Se trata del resultado de un plan que, por cierto, comenzó el 29 de mayo pasado, cuando Sánchez sorprendió a todos al adelantar las elecciones generales que originalmente estaban programadas para noviembre.

“En el momento fue una jugada arriesgada pero tuvo razón porque, básicamente, lo que hizo fue cortar de cuajo la conversación sobre la victoria de los populares en las elecciones autonómicas y locales de mayo. Cortó esa conversación y se predispuso a la precampaña”, dice a BioBioChile el académico del Magíster en Estudios Internacionales en la Universidad de Chile, Gilberto Aranda.

A su vez, señala que en el PSOE estaban confiados en la estrategia “de exhibir los pactos del PP con VOX durante este periodo preelectoral, durante los dos meses de constitución de los gobiernos autonómicos y de ayuntamientos”.

“La demoscopia en general decía que el PP y VOX estaban al borde de la mayoría absoluta o iban a lograr la mayoría absoluta para poder conformar gobierno. Incluso los dirigentes del PP esperaban en algún momento poder gobernar en forma monocolor, esperaban ganar completamente la elección sin necesidad de apoyos. Bueno, eso no es lo que ocurrió”, indica

El profesor visitante en la Universidad Autónoma de Madrid cree que a los socialistas les fue mejor de lo que esperaba la opinión pública y lo que decían las encuestas.

Si bien dice que desde el PSOE estaban confiados en que podían movilizar al electorado, cree que en el PP pecaron, precisamente, de “un exceso de confianza”.

Y aunque se podría decir que el PP ganó, el experto destaca que no le alcanza para “formar gobierno, ni siquiera combinado con VOX. Por lo tanto para el PP es una decepción”.

Juan Enrique Serrano, académico del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Chile, plantea que las encuestas daban unos resultados muy empatados, “que es lo que ha sido. El PP ha ganado al PSOE por 1.5% más de votos, que es muy poco, así que se puede hablar incluso de un resultado cercano al empate”.

“¿Sánchez esperaba este resultado, o que el PP no consiguiera una mayoría para gobernar junto a VOX? Sí, y la razón más sencilla que explica esto es que hace dos meses decidió adelantar elecciones, justo después de las elecciones regionales que hubo en mayo”, agrega.

“Se entiende que esa decisión respondió a una estrategia política electoral muy arriesgada, pero que ha dado en el clavo, ha sido un acierto total”, cree.

En ese sentido, Serrano asevera que los resultados de las elecciones regionales en mayo obligaban al PP a tener que pactar con VOX para gobernar en ciertas regiones, sobre todo en la valenciana, que es la tercera región más poblada de España.

“España es un sistema parlamentario, pero las regiones tienen, por así decirlo, mini sistemas parlamentarios. Se reproduce la lógica parlamentaria en cada comunidad autónoma”, esgrime.

Como el PP tuvo que pactar y negociar con VOX para entrar al gobierno de Valencia, Baleares y Extremadura, entre otras, “se veía que el PP iba a hacer propias una serie de ideas y políticas públicas de extrema derecha o de ultraderecha”.

“Ante esas circunstancias el PSOE, o Sánchez, fue muy inteligente a nivel de estrategia política electoral de alimentar el miedo al retorno del franquismo o del fascismo, como ellos dicen”, plantea.

“Entonces hizo un llamamiento al miedo del electorado de izquierda que estaba apático y desmovilizado, porque la situación de España económica, aunque en las cifras macroeconómicas sean positivas, en el día a día no lo es tal, porque la inflación sigue siendo alta”, menciona.

“Este llamamiento de Sánchez de adelantar las elecciones e insistir mucho en el discurso sencillo, muy dicotómico, de que hay que votar izquierdas para evitar que vuelva el franquismo a España, pues funcionó”, enfatiza.

Juan Ignacio Brito, académico de la Facultad de Comunicación de la Universidad de los Andes e investigador SIGNOS de la misma casa de estudios, coincide en que Sánchez hizo una jugada inteligente al adelantar las elecciones.

“Su gobierno venía con desgaste fuerte, lo que quedó de manifiesto en las elecciones regionales de mayo. Y él fue astuto en adelantar las elecciones para evitar que ese desgaste se siguiera profundizando y cambiar el tema para que se empezara a hablar de las elecciones generales y no del desastre que había sufrido su partido y su coalición en las elecciones regionales”, expresa.

“En segundo lugar, creo que él fue capaz de inspirar a su electorado para ir a votar sobre la base de la posibilidad de que VOX llegara al gobierno de la mano del PP. Eso creo yo que llevó al electorado socialista, o de izquierda, a ir a votar”, precisa.

No obstante, dice, cree que Sánchez, y el PSOE, se vieron favorecidos por errores cometidos al interior del propio conservadurismo.

“Feijóo se dio por ganador y empezó a hablar como que ya tenía la elección en el bolsillo, comenzó a hablar incluso de nombres de eventuales miembros de su posible gabinete una vez que ganara la elección. Eso no se hace en política, todos lo sabemos. Pero él cayó en esa tentación”, señala.

“Y eso creo yo le costó no sólo en términos de electorado, sino que también porque hizo que su electorado, en la medida en que sintió el triunfo seguro, da la impresión de que no fue a votar tan en masa como el electorado de izquierda”, sostiene.

Finalmente, cree que en el PP, y también en el VOX, se concentraron más en la campaña “entre ellos” antes que en la campaña “contra el bloque de gobierno”.

“Entonces lo que ha hecho el PP es quitarle, y tener éxito en esa campaña interna, escaños a VOX. Pero a su vez, no le quitó suficientes escaños a la izquierda, no logrando suficientes escaños para gobernar”, matiza.

“Ahora, hay que hacer la salvedad de que al PP le fue muy bien en estas elecciones, es decir, adelantó mucho el número de escaños en el Congreso pero, por supuesto, no es suficiente”, concluye.