Sorpresa generó el pasado lunes el anuncio de salida de Hernán Calderón Jr. de Santiago 1, en lo que es un cambio en la medida cautelar que tiene por el delito de parricidio frustrado. El estudiante de Derecho ingresó a una clínica psiquiátrica llamada Pocuro, del sector oriente de Santiago.

Su actual psiquiatra, Rodrigo Paz indicó a Las Últimas Noticias que Calderón Argandoña comenzará un extenso proceso de sicoterapia y medicación, al mismo tiempo que cumple con el arresto total en el lugar.

“Soy el jefe del equipo clínico que se va a hacer cargo del tratamiento. Coordino con el personal de enfermería en la clínica, con el sicoterapeuta, con el nutriólogo que lo evalúe y con la familia”, explicó.

“Estamos en estudio, (y se puede confirmar que) no hay signos ni síntomas que sugieran o indiquen que Hernán
Calderón Argandoña padece de una patología siquiátrica mayor.
Sí hay muchos indicadores de trastorno de la personalidad”, agregó.

En su último informe, el médico sostuvo que Nano Calderón no mostró rasgos asociados a enfermedades como esquizofrenia o bipolaridad.

Calderón llegando a Clínica Pocuro | CHV

“Tampoco me parece que hay elementos que sugieran que el paciente tiene un trastorno antisocial de la personalidad ni una sicopatía. No hay elementos que me permitan decir hoy día que Hernán Calderón es un sicópata, un delincuente, un tipo frío, desalmado, que no siente afecto ni amor por nadie, que no tiene vergüenza. No hay nada en esa línea. Lo que sí hay son conflictos sicológicos que me parece que tienen que ver con cómo se ha ido estructurando su identidad. Y eso tiene que ver con que él viene de una familia compleja”, expuso.

Asimismo, Paz indicó que su actual paciente ha sido expuesto a dosis “inusualmente altas” de medicamentos, dando a entender que estas podrían bajar con el paso del tiempo.

“A lo mejor, ocurre lo que yo creo que va a pasar, que es que sin medicación Hernán Calderón Argandoña va a andar muy bien, va a seguir igual de bien. O a lo mejor al quitarle los medicamentos aparecen signos y síntomas de una condición siquiátrica que sí requiera tratamiento. En este minuto no hay ninguna razón para sospechar que eso vaya a ocurrir. Pero justamente lo propio de la medicina y de la siquiatría en particular es que hay que estar viendo, observando y ceñirse a lo que la realidad vaya mostrando”, contó.

Por último, el psiquiatra tuvo palabras especiales para la familia Calderón – Argandoña, la cual ha estado dividida desde que estalló el conflicto entre padre e hijo.

“El problema final no es cuál es el diagnóstico de Hernán Calderón, sino cuál es el diagnóstico de esta familia. ¿Va a ser capaz esta familia de recomponerse o no?”, concluyó.