Los apuntes de un niño de ocho años en la Polonia de 1939, previa a la Segunda Guerra Mundial, son el último bestseller de las alicaídas librerías de Europa, aún golpeadas por los efectos de la pandemia.

Hablamos de He visto un pájaro carpintero (2020), libro de Michal Skibinski basado en sus propios escritos infantiles, donde relata en lenguaje simple sus aventuras cazando insectos, jugando con su hermano Rafal o siendo testigo de los albores de una de las épocas más turbulentas de la humanidad.

A los ocho años, sus profesores le encomendaron una tarea simple durante sus vacaciones: escribir todos los días una frase sencilla en un cuaderno caligrafiado, con el fin de mejorar su técnica mientras pasaba tiempo con su familia.

La idea era que registrara los acontecimientos de su verano, el cual marcaría para siempre las vidas de los habitantes de Polonia. “Ha empezado la guerra”, escribió, por ejemplo, el 1 de septiembre de 1939, además del último recuerdo de su padre y las miserias que dejaba entrever el incipiente régimen nazi.

A más de 80 años de esas primeras líneas, el registro es descrito hoy como el acercamiento genuino de un niño a los horrores de la guerra; todo esto acompañado por las ilustraciones de Ala Bankroft (pseudónimo de Helena Stiasny), quien convirtió los apuntes escolares de Michal en un alabado ejercicio de no ficción.

El libro, que incluye una versión del facsímil original de Skibinski, recibió una mención especial en los Bologna Ragazzi Awards de este año, el galardón más prestigioso de la ilustración editorial.

En español, He visto un pájaro carpinterofue traducido por Katarzyna Moloniewicz y Abel Murcia para el sello Fulgencio Pimentel. Su autor, por su parte, un sacerdote de 89 años, sufre hoy las consecuencias de una diabetes severa que lo ha obligado a ser testigo distante de su propio éxito.

“(El cuaderno) sobrevivió desde 1939 gracias al cuidado de mi madre. Al empezar la guerra ella fue a nuestra casa, en ruinas, y trajo documentos y recuerdos, entre ellos dos carpetas rojas con las inscripciones ‘Michal’ y ‘Rafal’. Ni mi hermano ni yo teníamos idea de la existencia de estos archivos. Solo cuando ella murió en 1974 ordenamos los documentos, encontramos las carpetas y apareció mi cuaderno”, contó el escritor al diario El País de España.

“Que se haya publicado ahora es para mí una gran alegría”, acotó sobre su lanzamiento, que se gestó gracias a la labor del hijo de su hermano Rafal, Marcin.

“Pensándolo ahora, me impresiona que los nazis, cinco días después de haber ocupado Milanowek, ya organizaron el racionamiento”, reflexionó Michal en relación a uno de los pasajes del libro, donde da cuenta del racionamiento en la Polonia de 1939.

“Además yo jugué un pequeño papel aquel 13 de septiembre. Mientras caminaba con mi hermano, encontramos a un soldado alemán hablando con una mujer. Yo les hice de intérprete y le traduje que buscaba pan”, recordó.

“He visto un pájaro carpintero” (Editorial Fulgencio Pimentel)