Loa talibanes pakistaníes lanzaron la mañana del viernes un ataque de envergadura contra una base de las Fuerzas Aéreas pakistaníes cerca de Peshawar, la gran ciudad del noroeste de Pakistán, anunciaron responsables.

“Según las primeras informaciones, entre siete y diez terroristas intentaron penetrar en la base” pero los militares lograron impedir su progresión, declaró el general Asim Bajwa.

El militar precisó que seguían las operaciones para dar con insurgentes ocultos en la base de Badaber, situada a 10 km de Peshawar, encrucijada del noroeste pakistaní a un paso de Afganistán.

Las fuerzas pakistaníes “reaccionaron con rapidez y eficacia para confinar a los terroristas en un espacio restringido”, añadió este responsable, y precisó que un oficial y un soldado pakistaníes resultaron heridos en el ataque.

Un alto responsable de las Fuerzas Aéreas que requirió anonimato indicó que la base sirve para alojar a los militares. “En esta base no está desplegado ningún aparato del ejército del aire, ningún avión de combate”, dijo.

El portavoz de Tehreek-e-Taliban Pakistan (TTP), grupo islamista armado en lucha desde hace ocho años contra el Gobierno y el Ejército, reivindicó en un correo electrónico a la AFP este asalto realizado según él por una decena larga de combatientes.

TTP cometió en diciembre pasado el atentado más mortífero de la historia moderna de Pakistán cuando uno de sus comandos se infiltró en una escuela de Peshawar para matar friamente a más de 150 personas, en su mayoría niños.

Después de ese ataque, el Ejército pakistaní intensificó las operaciones contra los feudos yihadistas en el noroeste del País, en particular en las zonas tribales de Berkeley y Waziristán del Norte, sector que sirvió de cuartel general a TTP, a la red Haqqani y a Al Qaida en el transcurso de la última década.

Esta misma semana, la aviación pakistaní bombardeaba el valle de Shawal, un sector apartado de Waziristán del Norte cubierto por un bosque denso que permite ocultarse a los insurgentes. estas operaciones militares contribuyeron a reducir el número de atentados islamistas a través del país estos últimos meses.

Como reacción al ataque contra la escuela de Peshawar, Pakistán reanudó las ejecuciones de condenados a muerte y creó tribunales antiterroristas controvertidos porque autorizan al ejército a juzgar a civiles a puerta cerrada.

Desde entonces, Pakistán ha ahorcado a más de 200 reos de muerte, algunos de ellos sin relación alguna con atentados o con los talibanes locales, denuncian organizaciones de defensa de los derechos humanos, que piden a Islamabad que vuelva a instaurar una moratoria de la pena capital.