Inundaciones, sequías, conflictos y daños económicos cada vez más virulentos es lo que espera al planeta si no se reducen las emisiones de C02, alertan los científicos de la ONU en su próximo informe sobre el cambio climático.

El borrador del próximo informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, según sus siglas en inglés), al que tuvo acceso la agencia AFP, forma parte de un vasto estudio que contribuirá a determinar políticas y orientará negociaciones en los próximos años.

Los científicos y los representantes de los gobiernos se reunirán en la ciudad japonesa de Yokohama a partir del martes para sacar adelante un resumen de 29 páginas, que será publicado junto al informe completo el 31 de marzo.

“Tenemos una foto mucho más clara del impacto y de las consecuencias, incluidas las consecuencias para la seguridad”, dijo Chris Field de la institución estadounidense Carnegie Institution, que dirige la investigación.

El trabajo llega seis meses después del primer volumen del V Informe de Evaluación en el que los científicos dejaban claro que estaban más seguros que nunca de que el calentamiento del planeta lleva la impronta de la mano del hombre.

En el informe predecían un aumento de las temperaturas de entre 0,3 y 4,8 grados centígrados este siglo, 0,7 grados más de la media desde la Revolución Industrial. El nivel de los océanos aumentará entre 26 y 82 centímetros para 2100.

Según el nuevo borrador, los daños se dispararán con cada grado adicional, aunque es difícil cuantificarlos.

Un aumento de las temperaturas de 2,5 C respecto a la era preindustrial -0,5 C más que el objetivo fijado por la ONU- reducirá los ingresos mundiales anuales en 0,2-2,0%, es decir, en cientos de miles de millones de dólares.

“La evaluaciones que podemos hacer actualmente seguro que todavía subestiman el impacto real del cambio climático futuro”, dice Jacob Schewe del Instituto Potsdam para la investigación del cambio climático (PIK) en Alemania, que no ha participado en el borrador del IPCC.

El borrador destaca algunos peligros:

Inundaciones: Las crecientes emisiones de gases de efecto invernadero aumentarán “significativamente” el riesgo de inundaciones, a las que Europa y Asia estarán particularmente expuestas. Si se confirma el aumento extremo de las temperaturas, tres veces más de personas estarán expuestas a devastadoras inundaciones.

Sequía: Por cada aumento de 1º en la temperatura, otro 7% la población mundial verá reducirse en una quinta parte las fuentes de agua renovables.

Aumento de los mares: Si no se adoptan medidas, para 2100 “cientos de millones” de habitantes de las costas se verán abocados al desplazamiento. Los pequeños Estados insulares del este, sureste y sur de Asia verán reducir sus tierras.

Hambre: Los cultivos de trigo, arroz y maíz perderán un 2% de media por década, mientras que la demanda de cultivos crecerá un 14% para 2050 por el crecimiento de la población mundial. Los más perjudicados serán los países tropicales más pobres.

Desaparición de especies: Una “gran parte” de las especies terrestres y de agua dulce estarán en peligro de extinción ya que el cambio climático destruirá su hábitat.

AMENAZA PARA LA SEGURIDAD

“El cambio climático en el siglo XXI empujará a los Estados a nuevos desafíos y determinará de manera creciente las políticas de seguridad nacional”, avisa el borrador de resumen.

Asimismo, algunas repercusiones transfronterizas del cambio climático -la reducción de las zonas heladas del planeta, las fuentes de agua compartidas o la migración de los bancos de peces- “tienen el potencial de aumentar la rivalidad entre Estados”, dice el informe.

La reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero “en las próximas décadas” permitiría desactivar algunas de las peores consecuencias del cambio climático para finales de siglo, dice el informe.

El 13 de abril, el IPCC divulgará en Berlín su tercer volumen sobre estrategias para hacer frente a las emisiones de gases de efecto invernadero.

El panel lleva publicados cuatro “informes de evaluación” en sus 25 años de historia, y cada uno dio un toque de atención sobre las gigatoneladas de dióxido de carbono que emite el tráfico, las centrales energéticas y los combustibles de origen fósil así como el metano que generan la deforestación y la ganadería.

El volumen de Yokohama va más allá que los anteriores al ofrecer con detalle el impacto regional del cambio climático, así como los riesgos de conflicto y el aumento del nivel de los océanos.

El último gran informe del IPCC, de 2007, contribuyó a crear el momento político propicio que llevó a convocar la cumbre del clima en Copenhague, pero su reputación se vio socavada por algunos errores que aprovecharon los escépticos para demostrar que existe una visión sesgada de esta amenaza.