En el mismo escenario donde cantara por primera vez en su carrera como solista lírico, el artista chileno vuelve a interpretar esta ópera, encabezando las funciones del elenco estelar, cuya segunda y última presentación será este martes 1 de octubre.

Por Joel Poblete

En el marco del homenaje al bicentenario del nacimiento de Giuseppe Verdi, el Teatro Municipal de Santiago presentó el sábado 28 de septiembre la primera de las dos funciones de la popular ópera “El trovador” con Elenco Estelar, integrado por artistas chilenos y argentinos. Al igual que en el elenco internacional, nuevamente destacó la lograda y dinámica puesta en escena del argentino Pablo Maritano, la funcional y efectiva escenografía e iluminación de Enrique Bordolini, el vestuario de Imme Möller y el competente coro del teatro, que dirige Jorge Klastornik. Al frente de la Orquesta Filarmónica de Santiago estuvo esta vez el maestro José Luis Domínguez, quie ofreció una lectura correcta, aunque se extrañó un poco más de la intensidad, dramatismo y pasión que caracterizan a esta irresistible partitura.

Encabezando el reparto, e interpretando por segunda vez en el Municipal el personaje protagónico de Manrico (lo cantó la última vez que se dio esta ópera en el teatro santiaguino, en 2006), estuvo el reconocido tenor chileno José Azócar, quien esta temporada cumple 25 años desde su debut como solista lírico, precisamente en ese escenario -en 1988, interpretó con éxito de público y crítica a Fausto en “Mefistófeles”. Desde entonces y a lo largo de un cuarto de siglo, Azócar ha desarrollado una atractiva carrera, que le ha permitido alternar actuaciones en nuestro país con compromisos en importantes escenarios de Argentina, Uruguay, Brasil, España, Estados Unidos, Inglaterra, Alemania y Dinamarca, entre otros países.

En este montaje de “Trovador”, José Azócar vuelve a confirmar su oficio y experiencia con una buena interpretación de Manrico; una vez más luce su robusta voz de color oscuro y contundentes agudos, y ofrece una actuación convencional pero de todos modos efectiva. Como es de esperar, destaca en su aria “Ah si ben mio” y en la siempre esperada y aplaudida cabaletta “Di quella pira”.

El año pasado, al abordar el exigente rol de Odabella en “Attila”, la soprano argentina Mónica Ferracani demostró sus buenas condiciones vocales y de temperamento actoral para las heroínas verdianas más demandantes. Ahora interpreta a Leonora, y obtiene una buena recepción del público al final del espectáculo. Su desempeño parte de manera irregular, con algunos sorprendentes olvidos y vacilaciones en el libreto, pero a lo largo de la función convence mucho más, hasta alcanzar su mejor momento en una conmovedora entrega de la difícil y etérea aria “D’amor sull’ali rosee”.

Su compatriota, el barítono Omar Carrión, luce desplante en escena, adecuado estilo verdiano y canto seguro en el rol del Conde de Luna, con la acertada complicidad del bajo-barítono cubano-chileno Homero Pérez-Miranda como Ferrando.

Quien no tuvo una buena noche en el estreno fue la mezzosoprano chilena Isabel Vera, quien encarna a la gitana Azucena, el mismo personaje que la convirtiera en una revelación en el Municipal en 2006. Desde ese año y tras recibir los elogios de la crítica y el público por la innegable y prometedora calidad de su voz, la cantante ha incursionado en el escenario santiaguino, tal vez demasiado pronto en su carrera, en algunos de los papeles más exigentes para su cuerda que compuso Verdi -Amneris en “Aida”, Eboli en “Don Carlos”, Ulrica en “Un baile de máscaras”.

Considerando que Isabel Vera ya había cantado este rol antes, desde su primera aparición en escena llamó la atención la por momentos errática afinación y entonación de Vera, quien no sólo esquivaba los agudos sino además dejó de cantar brevemente en más de un pasaje; escénicamente fue una creíble Azucena, pero en lo vocal, aunque por momentos su material vocal estuvo bien en las notas medias y graves, estuvo muy por debajo de lo que exige este personaje clave en la obra, por su potencial musical y dramático. Luego del intermedio, se anunció que la cantante estaba afectada por una laringitis pero decidió cantar de todas maneras por deferencia a los espectadores, lo que le ganó los comprensivos aplausos de la audiencia tanto en ese momento como en los saludos finales.

Es de esperar que la mezzo chilena se recupere para la segunda y última función de esta ópera en el Municipal, programada para mañana martes 1 de octubre.