Ex extremistas y víctimas de la violencia y el terrorismo participan desde el miércoles en una innovadora plataforma en Internet, lanzada con el objetivo de crear un movimiento global para prevenir la radicalización de los jóvenes.

La red “Contra el Extremismo Violento” (AVE, según sus siglas en inglés) fue presentada en Nueva York por un consorcio de empresas y organizaciones, entre ellas, el Instituto para el Diálogo Estratégico, Google Ideas y la fundación Gen Next, así como por ex perpetradores de violencia y víctimas de actos violentos.

“El objetivo es crear un movimiento global contra el extremismo”, dijo Sasha Havlicek, directora del Instituto para el Diálogo Estratégico con sede en Londres, presente en el lanzamiento de la plataforma AVE en las oficinas del gigante de internet Google en Manhattan.

Para Robert Orell, que participó en movimientos extremistas suecos y ahora dirige la ONG Exit Sweden, que trabaja para sacar a jóvenes del ambiente neonazi en su país, “es importante conectarse con gente de todo el mundo” para atacar este problema.

La idea surgió a mediados del año pasado en una cumbre contra el extremismo violento organizada en Dublín por Google Ideas y en la que se dieron cita ex extremistas y miembros de grupos violentos, víctimas y activistas y organizaciones que luchan contra la radicalización.

Allí, los participantes observaron que “ex perpetradores y sobrevivientes del extremismo violento tienen una poderosa influencia para alejar a extremistas potenciales y existentes de la senda de la violencia”.

“Estuvimos muy sorprendidos por el hecho de cómo todo el mundo quería colaborar”, explicó en ese sentido Yasmin Dolatabadi, de Google Ideas, al recordar el origen de la plataforma, que aspira a tener 500 miembros dentro de un año y más de 1.000 en dos.

La iniciativa propone, por ejemplo, que “un ex extremista de Pakistán pueda discutir cómo combatir el terrorismo con un ex miembro de una mara en El Salvador”.

“La red está fundada sobre la creencia de que hay lecciones que pueden ser enseñadas entre grupos que combaten diferentes formas de extremismo, desde el islamismo hasta los movimientos racistas blancos. Por ejemplo, la experiencia muestra que las medidas prácticas requeridas para ayudar a un individuo que abandona uno de esos grupos son similares”, según los organizadores.