Cientos de vuelos fueron suspendidos este martes en Sídney, Melbourne, Adelaida y Canberra al regresar a Australia la nube de cenizas lanzada por el volcán chileno Puyehue.

La cadena de televisión ABC indicó que más de 120.000 pasajeros se han quedado en tierra.

“La nube de cenizas es más densa y extendida que la que perturbó el tráfico aéreo la semana pasada”, dijo Airservices Australia, añadiendo que la nube se sitúa entre 20.000 y 40.000 pies de altitud (de 6 a 13 km), donde circulan los aviones.

“Se prevé que (la nube) continúe sobre el sureste de Australia. Está extendida en una amplia franja bajo el continente australiano, y se espera que siga moviéndose hacia el noreste y el este en los próximos días”, añadió Airservices Australia.

La semana pasada, el tráfico aéreo se vio fuertemente perturbado en Australia y Nueva Zelanda a causa de la nube de cenizas expulsada por el volcán chileno Puyehue, que entró en erupción el 4 de junio tras pasar medio siglo “dormido”.

La nube siguió dando la vuelta al mundo, hasta volver sobre los cielos australianos.

La compañía australiana Qantas suspensió este martes sus conexiones con Adelaida (sur), la capital Canberra (sur) y Sídney, el aeropuerto con mayor tráfico del país.

Todos los vuelos con salida y llegada en Sídney, Melbourne y Canberra previstos el miércoles quedan suspendidos, añadió Qantas.

“Calculamos que cancelaremos unos 200 vuelos el miércoles”, declaró a la prensa una portavoz de Qantas, Olivia Wirth, añadiendo que las llegadas y salidas internacionales quedarán postergadas al jueves.

“Los expertos dicen sencillamente que no podemos volar en estas condiciones”, agregó la portavoz.

Otras compañías suspendieron parte de sus vuelos el martes (Jetstar, Virgin Australia), mientras que Tiger Airways inmovilizó todos sus aparatos.

El peligro de las cenizas es que una vez adheridas a los motores pueden convertirse en cristales fundidos por las altas temperaturas y provocar un fallo.

Según John Lee, director general de la federación australiana de turismo, se trata de la mayor crisis del tráfico aéreo en Australia desde la huelga de pilotos de 1989.

El responsable espera una pérdida diaria de unos 11,5 millones de dólares australianos (12 millones USD) para la industria del turismo.

“Es una perturbación muy sustancial para el sector”, declaró a la AFP.

Los meteorólogos observan que pese a que la nube de cenizas ha perdido volumen durante su vuelta por el mundo, aún es claramente visible en las imágenes satelitales, y avanza a una altura frecuentada por los aviones.

“Es la misma nube que ha dado la vuelta al mundo. Sigue siendo densa y presenta riesgos para la aviación”, declaró un portavoz del Centro de consejo sobre cenizas volcánicas de Darwin (norte).