Terratenientes y campesinos de la conflictiva zona del Aguán, 600 km al noreste de la capital de Honduras, firmaron la noche del jueves un acuerdo con la mediación del gobierno para poner fin a una crisis que ha dejado 42 muertos en los últimos meses.

En un acto difundido por cadena de radio y televisión, el presidente Porfirio Lobo fue testigo de la firma del acuerdo entre los líderes del Movimiento Unificado Campesino del Aguán (MUCA), Johnny Rivas y Orlando Romero, y el magnate Miguel Facussé en representación de Exportadora del Atlántico.

El ministro del Instituto Nacional Agrario, César Ham, dijo que en base al acuerdo el gobierno comprará 4.045,70 hectáreas a unos 7.000 dólares por hectárea. El objetivo es vender esas tierras a largo plazo a los campesinos.

“Hemos llegado a un acuerdo sobre una situación que ha sido muy difícil en el Bajo Aguán: hemos tenido hasta la pérdida de lo más sagrado, que es vidas humanas de compatriotas, esperamos que todo esto ponga paz en la región”, dijo Lobo.

Las hostilidades se venían registrando porque los campesinos tenían ocupadas a la fuerza algunas fincas de los terratenientes, incluyendo de Facussé, que cultivan palma africana con la que producen aceite para exportación.