El izquierdista Ollanta Humala y la derechista Keiko Fujimori se encaminan a un final muy cerrado a una semana de la segunda vuelta de las elecciones peruanas, según las últimas encuestas, y este domingo sostendrán un debate que podría ser decisivo.

Humala, un ex militar de 48 años, y Fujimori, hija del ex presidente Alberto Fujimori -condenado a 25 años por violación de derechos humanos y corrupción- se verán las caras a partir de las 20H45 locales (01H45 GMT del lunes) en un crucial debate de cara al balotaje del 5 de junio.

Ambos aspirantes llegan a la confrontación en un virtual empate técnico, según coinciden tres sondeos divulgados este domingo, que hacen notar que Humala ha recuperado posiciones y ha logrado alcanzar a su rival, que era considerada favorita.

La firma Ipsos Apoyo otorga a Fujimori 41% contra 39% para su rival, en tanto sitúa en 20% a los electores que no dicen su voto, indecisos y quienes votarán en blanco o anularán el sufragio por su disconformidad con ambos aspirantes.

Este sondeo muestra que la diferencia se ha reducido entre ambos candidatos ya que hace una semana la candidata del partido Fuerza 2011 aventajaba al líder de la alianza Gana Perú por 2,8 puntos.

Si se proyectan solo los votos válidos (sin contar nulos ni en blanco), hay una diferencia de un punto porcentual que favorece a Fujimori (50,5%) sobre Humala (49,5%), de acuerdo con el sondeo.

“Keiko Fujimori se mantiene ligeramente por encima, aunque ha perdido algo de respaldo”, dijo Alfredo Torres, gerente de Ipsos Apoyo.

La franja de electores que no dicen su voto o que están indecisos será la que finalmente decidirá quién será el próximo presidente de Perú, a juicio de los analistas.

Luis Bevanente, de la Universidad de Lima, dijo días atrás a la AFP que hay un “voto oculto” que estaría inclinándose a favor de Humala.

Una encuesta de Imasen coloca en primer lugar a Humala con 50,8% las intenciones frente a 49,2% para la hija del ex presidente, una diferencia de 1,6%, lo que configura un empate estadístico.

Giovanna Peñaflor, directora de Imasen, observó que “en una situación de tanto equilibrio todo puede ser determinante: el debate, los votos del extranjero, el hecho de que exista una zona del país que no vote, lo que digan o no digan los voceros, o también que aparezcan audios o videos comprometedores”.

Peñaflor se refirió a una huelga antiminera en Puno (sudeste), frontera con Bolivia, iniciada hace casi tres semanas y que hace peligrar los comicios en esa región, que es uno de los bastiones de Humala.

“La posibilidad de que no se realicen (allí) las elecciones en Puno terminaría perjudicando a Humala”, señaló.

Otra encuesta de la empresa CPI revela que Fujimori se mantiene en primer lugar (44,6% contra 41,5), pero ha registrado una caída respecto a un sondeo de la misma firma de hace una semana.

Para CPI, Fujimori tenía una apreciable ventaja de 7,4% el domingo pasado, pero ahora se ha reducido a 3,1%, lo que lleva a los candidatos a estar prácticamente igualados. En todos las encuestas, el margen de error fluctúa entre 2% a 2,5%, por lo que nadie se atreve a dar a un ganador.

El último viernes, un sondeo de la Universidad Católica ubicó en primer lugar a Humala (50,3%) con Fujimori pisándole los talones (49,7%), aumentando la incertidumbre sobre el resultado de las elecciones del próximo domingo.

La campaña electoral ha polarizado a los peruanos en un clima que es alimentado por los medios de comunicación, que abiertamente han tomado partido por uno u otro candidato.

La encuestadora Imasen, la única que ha hecho una investigación sobre la postura de los medios, determinó que 58,9% de los peruanos cree que Fujimori tiene más apoyo de los medios de comunicación frente a 12,4% que piensa que Humala tiene ese respaldo.

Y ante la pregunta de cuál es el candidato más atacado, 55,7% de los entrevistados respondió que es Humala y un 9,6% dijo que es Fujimori.

Los peruanos están expectantes ante el programado debate la noche del domingo, que será radiotelevisado en cadena para todo el país.

“Será un enfrentamiento muy fuerte en que los candidatos mostrarán sus fortalezas y tratarán de develar las debilidades del otro”, dijo el analista Benavente, al subrayar que esa polémica puede funcionar como una “onda expansiva” capaz de reducir el número de indecisos e influir en la movilidad del voto.