Ecuador, con décadas de tradición de la fiesta brava, celebró el sábado en la ciudad andina de Riobamba (sur) la última corrida de una feria taurina antes de la consulta popular convocada por el gobierno para el 7 de mayo, en que se podría prohibir la muerte del toro.

En medio de la celebración de Sábado de Gloria, los riobambeños acudieron a la plaza de la parroquia para la que podría ser la última corrida con toros para matar, con un cartel integrado por los ecuatorianos Guillermo Albán y José Antonio Benítez y el español Javier Cortés.

El cierre de la feria del “Señor del Buen Suceso”, en la que Albán y Cortés indultaron sendos toros, se dio en vísperas de la consulta popular impulsada por gobierno del presidente socialista Rafael Correa para definir si los toros deben ser sacrificados como un espectáculo público.

La pregunta aprobada por la corte electoral, dice: “De la prohibición de matar animales en espectáculos ¿Está usted de acuerdo que el cantón de su domicilio se prohíban los espectáculos que tengan como finalidad dar muerte al animal?.

La propuesta gubernamental llevó a los aficionados a colocar carteles en la plaza Raúl Dávila de Riobamba que expresaban: “Los jóvenes taurinos pedimos respeto y libertad”.

Las pancartas estaban pintarreajedas junto a los capotes de paseo de los matadores.

“Es una tradición de más de 400 años en Ecuador”, expreso Albán, y añadió que la propuesta del gobierno “es totalmente política y demagógica, y una pregunta inductiva tendenciosa”.

“La pregunta está planteada de una manera muy envenenada”, dijo Albán y sostuvo que los propios antitaurinos con campañas “muy bien orquestadas” reconocen que el toreo a la portuguesa, en la que el toro de lidia no es matado en público, “no es la mejor opción”.

“Es la peor opción porque lo único que hacen es tener, después de la corrida, que no sea sacrificado y el toro dure horas y hasta días sin ser sacrificado”, dijo Albán, considerado el mejor matador ecuatoriano.