Irán desmintió este sábado las acusaciones del presidente estadounidense Barack Obama, quien dijo que el mandatario sirio Bashar al Asad busca ayuda de Teherán para reprimir a su pueblo, tras la sangrienta jornada de protestas del viernes que dejó más de 80 muertos.

“Rechazamos estas declaraciones. Nuestra política exterior es muy clara. No intervenimos en los asuntos internos de otros países”, declaró el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores, Ramin Mehmanparast, citado por la cadena de televisión Al Alam.

Obama había asegurado el viernes que “en lugar de escuchar a su propio pueblo, el presidente Asad acusa al extranjero, con la intención de obtener la ayuda iraní para reprimir a los sirios con las mismas tácticas brutales utilizadas por sus aliados iraníes”.

Mehmanparast también criticó el uso de la fuerza contra los manifestantes.

“Respetamos la soberanía de otros países y respetamos las reivindicaciones de la gente. Consideramos inaceptable el uso de la violencia contra la gente en cualquier país”, añadió el portavoz iraní, quien evitó mencionar directamente a Siria.

Siria es el principal aliado de Irán en el mundo árabe desde la revolución islámica de 1979.

El pasado 14 de abril, Estados Unidos acusó a Irán de ayudar al régimen de Asad para reprimir las manifestaciones. “Pensamos que hay informaciones creíbles sobre que Irán ayuda a Siria a reprimir los manifestantes”, afirmó el portavoz del departamento de Estado, Mark Toner.