El Museo de los Modernos de Salzburgo (Austria) anunció el jueves la próxima restitución de un cuadro de Gustav Klimt, evaluado en decenas de millones de euros, al nieto canadiense de la propietaria de la obra, una austríaca judía que murió en un campo de concentración nazi.

El cuadro, “Litzlberg am Attersee”, de 110 cm por 110 cm, pintado en 1915 por el maestro austríaco, pertenecía a Amalie Redlich, deportada en 1941.

La investigación confirmó la expoliación y la obra será entregada al canadiense Georges Jorisch, nieto y único heredero de Redlich.

El lienzo tiene un valor estimado de 29 a 44 millones de dólares (entre 13 a 20 mil millones de pesos).

“Las condiciones para restituir el cuadro al heredero de Amalie Redich ya están dadas”, dijo Wilfried Haslauer, vicegobernador de la provincia de Salzburgo. La restitución tiene que ser aprobada formalmente por el gobierno y el parlamento regional, dado que la obra forma parte actualmente de la colección provincial. El procedimiento legal debería concluir en julio.

Según Haslauer, Jorisch, de 83 años, desea hacer una donación “de 1,3 millones de euros” al Museo de Salzburgo, tras la venta del cuadro.

Jorisch ya había conseguido recuperar en 2010 en Londres otro cuadro de Klimt (“Eglise à Cassone”).

La Gestapo había sustraído “Litzlberg am Attersee” en la residencia de Amalie Redlich en octubre de 1941. Un coleccionista de arte de Salzburgo y miembro del partido nazi, Friedrich Welz, compró el cuadro y luego lo canjeó por otra obra de la colección provincial, que había ayudado a formar.

“Litzlberg am Attersee”, un paisaje de montaña cayendo en un lago austriaco, pertenece al último periodo de Klimt, uno de los maestros del Art Nouveau (1862-1918), que en esta obra muestra influencias puntillistas.

Tras la adopción de una ley en 1998, Austria restituyó unos 10.000 objetos robados durante el periodo de anexión del país al Tercer Reich de Adolf Hitler (1938-1945).

La comunidad judía de Austria reclama la restitución de otras obras, incluyendo varias decenas expuestas en el Museo Leopold de Viena, una institución privada, que no está sujeta a la ley de 1998.

El Museo Leopold aceptó pagar el año pasado 19 millones de dólares para volver a tener en su colección el cuadro del expresionista Egon Schiele, “Portrait de Wally”, sustraído durante el nazismo a una galerista judía.

El vicegobernador Haslauer afirmó que aún debe haber en salones austriacos muchos cuadros expoliados durante el nazismo. “Si (esas obras) estuvieran inscritas en el inventario de un museo público, deberían ser restituidas sin ninguna duda”, subrayó.