El jefe de la policía provincial de Kandahar y sus dos guardaespaldas murieron el viernes cuando un kamikaze se hizo estallar en el cuartel general de la policía en esta importante ciudad sureña de Afganistán, indicaron a la AFP las autoridades locales.

“Un kamikaze accionó los explosivos que llevaba en el cuartel general de la policía. El jefe de la policía murió”, declaró un portavoz provincial, Zalmai Ayubi.

Kandahar, bastión histórico de los talibanes, sufre regularmente sangrientos ataques rebeldes contra las fuerzas de seguridad afganas, que deben relevar a las fuerzas de la OTAN en el país para finales de 2014.

Este ataque perpetrado en un lugar considerado seguro de Kandahar, es un nuevo revés para las fuerzas afganas, que asumirán las funciones de seguridad en vez de la OTAN de aquí a fines de 2014, pero suelen ser blanco de ataques de los insurgentes.

Los dos guardaespaldas del jefe de la policía, Jan Mohammad Mujahid, murieron también en el atentado, dijo por su lado un portavoz del ministerio afgano del Interior, Zemarai Bashary.

Mujahid, que asumió su cargo en octubre pasado, había sobrevivido a dos tentativas de asesinato. El ataque fue reivindicado por los talibanes.

“Uno de nuestros combatientes disfrazado de policía mató al jefe de la policía con su pistola, antes de activar los explosivos que llevaba”, declaró un portavoz de los rebeldes, Yusuf Ahmadi.

Se trata del segundo jefe de la policía provincial asesinado por los rebeldes, que ya habían matado al de Kunduz (norte) en un atentado suicida el mes pasado.

Expulsados del poder a fines de 2001 por una coalición militar internacional encabezada por Estados Unidos, los rebeldes llevan a cabo una sangrienta rebelión contra el gobierno de Kabul y unos 140.000 soldados estadounidenses y de la OTAN que lo apoyan, y han ganado terreno desde hace cuatro años.