Juristas y opositores acusaron el martes en Guatemala a la pareja presidencial de fraude por pedir el divorcio para que la primera dama Sandra Torres, quien maneja los planes oficiales de asistencia, pueda suceder a Alvaro Colom, decisión que tiene al país paralizado de asombro.

“Es una falta de respeto a la institución del matrimonio. Como personas públicas deben dar el ejemplo. Esto es una burla”, sostuvo el constitucionalista Carlos Molina a medios guatemaltecos, quien advirtió contra “una posible simulación de divorcio que constituiría delito”.

La Constitución de Guatemala impide la reelección del jefe de Estado, como así también las candidaturas de “los parientes dentro de cuarto grado de consanguinidad y segundo de afinidad” del mandatario. Torres, según juristas, tiene primer grado de afinidad.

Desde hacía meses la oposición había anunciado que impugnaría la anunciada candidatura de la primera dama, quien durante el gobierno de su esposo gestionó la mayoría de los planes de asistencia social en un país donde más de la mitad de la población de sus 12 millones de habitantes vive en la pobreza.

“La demanda de divorcio de mutuo acuerdo fue presentada el 11 de marzo y el caso lo conocerá el Juzgado Segundo de Familia, a cargo de la jueza Mildred Roca”, había anunciado el lunes Edwin Escobar, vocero de la Corte Suprema.

Segun expertos, una demanda de divorcio de mutuo acuerdo suele resolverse en un plazo que va de uno a tres meses.

El 8 de marzo, tres días antes de pedir el divorcio, Torres había lanzado su candidatura para los comicios de septiembre, luego de una jornada en la que cuadros de la alianza gobernante y alcaldes cortaron calles de Guatemala para pedir a la primera dama que buscara la jefatura de Estado.

“Están intentando (Colom y Torres) evadir una prohibición constitucional; no hay ninguna duda y los pone en situación de confesos. Por eso se está intentando un fraude de Constitución a través del divorcio”, dijo Alejandro Balsells, del Centro para la Defensa de la Constitución

“La simulación de divorcio constituye delito y amerita una investigación de oficio del Ministerio Público”, agregó Balsells.

El principal candidato opositor, el general derechista Otto Pérez Molinam, del Partido Patriótico (PP) y quien encabeza los sondeos para las elecciones con un 42% de la intención de voto, calificó este divorcio como un “fraude”.

El divorcio de Colom y Torres, quien según las mismas encuestas apenas superaba el 12% de intención de voto, “no nos da miedo (…) lo que no vamos a permitir es que se burle la ley y hagan fraude”, agregó Pérez Molina.

Pero el oficialismo tiene una visión distinta. Según el jefe de campaña del oficialismo, el divorcio es una “muestra del compromiso y del amor a Guatemala” de Torres, y tiene “el propósito de evitar más manipulaciones políticas de la oposición”.

“Agradecemos y reconocemos en ella ese espíritu de sacrificio (…) su disposición a anteponer, ante cualquier circunstancia, los intereses de los más necesitados y más olvidados”, agregó Flores.

“Buscan ganar sea o no sea legal (…) perpetuarse en el poder al mejor estilo de (el presidente venezolano Hugo) Chávez”, retrucó el pastor evangélico Harold Caballeros, líder del partido Visión con Valores

Para el académico y dirigente del pequeño partido Creo, Eduardo Suger, lo sucedido es “una telenovela. Creo que hay una Constitución y ésta decidirá si se puede o no se puede participar, pero si se viola esa Constitución es como darle un golpe de Estado”.

Torres, quien se casó en segundas nupcias con Colom en 2003, fue cofundadora con su marido de la gobernante Unión Nacional por la Esperanza (UNE, socialdemócrata).

El presidente había descartado en varias ocasiones que fuera a divorciarse para abrirle el camino a su esposa. “Es irónico que simplemente por un divorcio, por un papel (Torres) recupera un derecho ciudadano” había dicho en enero Colom al referirse a la candidatura de su esposa.