Las bolsas, encabezadas por Tokio, subieron este viernes impulsadas por una intervención concertada del G7 en el mercado de divisas para controlar una escalada del yen que amenazaba la recuperación de Japón tras el sismo, el tsunami y la crisis nuclear de desenlace incierto.

La Bolsa de Nueva York terminó en alza, sostenida por el anuncio de un cese del fuego en Libia y los esfuerzos de las autoridades japonesas para controlar la situación en la central nuclear de Fukushima: el Dow Jones ganó 0,71% y el Nasdaq 0,29%.

En América Latina, Sao Paulo subió 1%, México bajó 0,57%, Bogotá ganó 1,68% y Buenos Aires 0,52%.

Las principales plazas europeas también cerraron en ligera alza por segundo día consecutivo, pero sus ganancias se veían también limitadas por la creciente posibilidad de una intervención en Libia tras la aprobación de una resolución en la ONU que autoriza a tomar “todas las medidas necesarias” para proteger a los civiles, incluso después del alto al fuego anunciado por el régimen de Muamar Gadafi.

Tras la intervención del G7, “la reacción de las bolsas tenía que ser positiva”, estimó el economista de Lloyds Banking Group, Kenneth Broux, para quien sin embargo este optimismo se ve contrarrestado por “una posible respuesta militar en Libia”.

Por eso, Broux prevé que la “alta volatilidad” continuará hasta que se aclare la situación tanto en Libia como en Japón.

En Londres, el índice Footsie-100 terminó la sesión en alza de 0,39%, a 5.718,13 puntos. El índice CAC-40 de la Bolsa de París ganó 0,63% a 3.810,22 puntos, el Dax de la Bolsa de Fráncfort, 0,11% a 6.664,4 puntos.

El Ibex 35 de Madrid, que perdía 0,17% a media mañana, consiguió cerrar en verde, aunque prácticamente sin cambios (+0,03%), a 10.328,4 puntos.

La mayor subida de la jornada la logró Tokio, cuyo índice Nikkei 225 progresó 2,72%, a 9.206,75 puntos, por la decisión del G7.

A pesar de este repunte, el Nikkei acumuló pérdidas de 10,22% desde el sismo del 11 de marzo, agravado por una serie de accidentes nucleares en la central de Fukushima, a 250 kilómetros de Tokio.

Los ministros de Finanzas y directores de los bancos centrales del G7 acordaron el viernes una acción concertada para parar la vertiginosa subida de la divisa nipona. Impulsada por especulaciones sobre una repatriación masiva de fondos japoneses del extranjero, el yen estableció el miércoles, a 76,52 yenes por dólar, un récord frente al billete verde desde la Segunda Guerra Mundial.

Los cambistas acogieron con satisfacción esta acción multilateral, que según Derek Halpenny, analista Bank of Tokyo-Mitsubishi, “ilustró la determinación (de los dirigentes) de enviar un mensaje fuerte de que no se tolerarán los movimientos desordenados en los mercados de divisas”.

La medida había sido pedida por el gobierno japonés preocupado por su industria exportadora, considerada crucial para ayudar a financiar la reconstrucción de un país sumamente endeudado y cuya actividad descendió claramente después del sismo.

El anuncio tuvo un efecto fulminante sobre el yen, que volvió a superar rápidamente la barrera psicológica de los 80 yenes. A las 19H00 GMT, se cotizaba a 80,94 yenes por dólar.

El euro también se fortalecía ante la moneda japonesa, a 114,62 yenes contra 110,67 yenes el jueves, y ante la estadounidense, a 1,4158 dollar, contra 1,4014 la víspera.

El mercado del petróleo, en cambio, que estaba al alza durante la mañana, cambió de dirección tras el anuncio del alto el fuego.

En el New York Mercantile Exchange (Nymex), el barril de West Texas Intermediate (designación del “light sweet crude” negociado en EEUU) para entrega en abril terminó en 101,07 dólares, en baja de 35 centavos en relación al jueves, luego de perder tres dólares en pocos minutos.