El gobierno brasileño pidió una mayor cooperación en seguridad a Estados Unidos de cara a la celebración de los Juegos Olímpicos de 2016 de Rio de Janeiro y el Mundial de 2014, según cables diplomáticos filtrados por Wikileaks, que publica este miércoles El País.

“El Gobierno de Brasil se da cuenta de que afronta retos fundamentales con la preparación de los Juegos, y ha mostrado mucha más apertura en áreas como la cooperación y el intercambio de información con EEUU”, escribía en diciembre de 2009, la encargada de negocios, Lisa Kubiske.

Kubiske añadió que Brasilia llegó “al punto de admitir la posibilidad de amenazas terroristas”, según los cables publicados por El País.

La entonces encargada de negocios de la embajada estadounidense cita a la jefa de Intercambio y Cooperación Deportiva de la Cancillería brasileña, Vera Alvarez, quien habría “admitido que los terroristas podrían tener a Brasil por objetivo debido a los Juegos Olímpicos, una declaración muy inusual de un gobierno que oficialmente piensa que no hay terrorismo en Brasil”.

El jefe del Gabinete de Seguridad Institucional, Jorge Félix, se reunió el pasado 9 de febrero con el embajador de Estados Unidos, Thomas Shannon, para mostrarle el deseo de Brasil de “compartir tareas de inteligencia”, según los cables publicados por El País.

Félix dijo que “Brasil hará del intercambio de información entre los países participantes en los eventos una prioridad”, escribió el embajador Shannon, en referencia los Juegos Olímpicos de 2016 y el Mundial de 2014, pero también los Juegos Militares de 2011 y la Copa Confederaciones 2013.

“+Necesitamos mucho la cooperación con Estados Unidos y otros participantes en los Juegos+ para asegurar unos eventos exitosos y seguros”, le dijo Félix a Shannon, quien entrecomilló la primera frase.

Brasil apuesta mucho por los Juegos Olímpicos y el Mundial para reforzar su imagen como actor global, afirmaba Kubiske en 2009.

“El gobierno busca utilizar el hecho de que será sede de los Juegos Olímpicos para ampliar su imagen como líder de Sudamérica y como actor global emergente” en el exterior, mientras que interiormente “la decisión del Comité Olímpico Internacional (de conceder los Juegos, ndlr) se presenta como un espaldarazo a la administración del presidente Lula”, concluyó Kubiske.