Familiares de 29 de los 33 mineros atrapados desde hace casi dos meses en la mina San José de Caldera presentaron este jueves una demanda de 12 millones de dólares contra la empresa propietaria de la mina, y anunciaron que presentarán una demanda similar contra el Estado por mala fiscalización.
La demanda presentada este jueves busca reparar los daños morales causados por el derrumbe que el 5 de agosto dejó atrapados a los 33 trabajadores que, según denuncian, no contaba con todas las medidas de seguridad.
“Efectivamente fue presentada este jueves una demanda indemnizatoria” en un juzgado de Copiapó (800 km al norte de Santiago), confirmó a la AFP la alcaldesa de la localidad de Caldera, Brunilda González, patrocinante de la acción legal.
La demanda, explicó, tiene a “29 familias patrocinantes” y busca una indemnización de unos 12 millones de dólares por parte de los dueños de la Minera San Esteban, los socios Marcelo Kemeny y Alejandro Bohn.
“Es una cifra (estimada) en función de otras situaciones que se han vivido” aunque “finalmente los tribunales tendrán que decidir”, explicó la autoridad de la comuna donde se emplaza el yacimiento San José, a unos 800 km al norte de Santiago.
El abogado patrocinante, Edgardo Reinoso, detalló de su lado que la demanda “tiene por objeto que se indemnice y se reparen todos los daños que han sufrido los mineros y sus familiares”.
En una segunda etapa, se planteará una demanda similar contra el Estado chileno, también por 12 millones de dólares, por considerarlo responsable de una mala fiscalización de los yacimientos mineros, dijo la alcaldesa a la AFP.
“Hubo cosas que pudiesen haberse evitado por parte los dueños de la mina, de funcionarios del Estado que actuaron de manera negligente, con omisión frente a temas de regulación de sistemas, de resguardos de los trabajadores”, explicó la alcaldesa González.
“Aquí las víctimas son los trabajadores atrapados en la mina San José y sus familiares”, agregó.
Tras conocerse el derrumbe en la mina San José el pasado 5 de agosto, trabajadores denunciaron que el yacimiento estaba “sobreexplotado” -lo que debilita las paredes subterráneas- y no contaba con una salida alternativa a su boca principal, como lo exige la ley.
El yacimiento había sido cerrado en 2007 por la muerte de un trabajador a consecuencia de un derrumbe interno, pero el Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) autorizó un año más tarde su reapertura.
El viernes pasado un tribunal accedió a retener el patrimonio total declarado por la compañía, de unos 9,7 millones de dólares, para asegurar el pago de indemnizaciones y de los costos del rescate de los mineros, que involucra una gigantesca operación.
La demanda presentada este jueves sigue a una querella penal por “homicidio frustrado” interpuesta contra la empresa hace tres semanas y a una querella que presentó la familia del minero Raúl Bustos contra de los dueños del yacimiento y las autoridades estatales que hicieron una mala supervisión.
Los 33 mineros sobrevivieron al derrumbe y aguardan a ser rescatados a más tardar en los primeros días de noviembre.
Tres perforadoras avanzan simultáneamente para llegar hasta ellos, que están a 700 metros de profundidad.
“En términos generales los tres planes están avanzando en forma normal, no tenemos grandes desviaciones respecto de los rendimientos que hemos tenido en los último días”, afirmó este jueves André Sougarret, principal responsable de las tareas de rescate.
Al dar un reporte sobre los avances de las máquinas, Sougarret señaló que la perforadora del llamado Plan A llegó a los 548 metros sobre 702 totales en una primera pasada en que realiza un hoyo de unos 30 cm de diámetro que luego en una segunda pasada debe ser ampliado a 66 a 70 cm.
Sobre el Plan B, el más avanzado, señaló que “hemos alcanzado los 333 metros acumulados” de la segunda pasada sobre unos 630 metros totales.
Respecto al Plan C, dijo que “hemos alcanzado los 156 metros” sobre un total de 597. Esta máquina perfora de una sola vez el ancho que se necesita para deslizar y luego izar a cada uno de los mineros.