El placer erótico y el amor al dinero estimulan zonas diferentes del cerebro: las imágenes eróticas activan una zona más antigua en la escala de la evolución y el interés por las riquezas estimula un sector que apareció más recientemente, según un estudio publicado el miércoles.

Foto: Agencias

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Estos resultados, que demuestran “por primera vez” una disociación entre dos tipos de recompensas a nivel cerebral, podrían permitir comprender mejor por ejemplo la adicción a los juegos de dinero.

Un equipo de investigadores, dirigido por Jean-Claude Dreher, del Centro de Neurociencias Cognitivas de Lyon (CNRS/Universidad Claude Bernard), en el centro de Francia, propuso a 18 voluntarios –todos hombres, de un promedio de 23 años– que aceptasen participar en un juego que les permitiría ganar dinero o ver imágenes eróticas.

La actividad cerebral de 18 hombres cobayos era grabada por un scanner de imágenes por resonancia magnética funcional. Durante unos 45 minutos les proyectaban estímulos, “cerca de 200 veces seguidas”, explicó Guillaume Sescousse, uno de los científicos que participaron en este estudio. A veces se trataba de una caja fuerte, otras de imágenes eróticas.

Los investigadores constataron que zonas diferentes del córtex orbitofrontal (situado en la parte delantera del cerebro) eran activados por esas recompensas diferentes.

Las imágenes eróticas activaban la parte posterior de esa zona, más antigua en la escala de la evolución. Las ganancias de dinero activaban la parte anterior del mismo córtex, surgida más recientemente en el ser humano.