La organización armada independentista vasca ETA, sometida el sábado a la presión de su vitrina política Batasuna y de otros sectores afines, anunció su disposición a decretar un alto el fuego permanente y verificable y a “ir más lejos, si se crean las condiciones para ello”.

“ETA tiene disposición para dar ese paso”, respetar un alto el fuego permanente y verificable, “y también para ir más lejos, si se crean las condiciones para ello”, afirmaron dos representantes de ETA en una entrevista que el diario vasco Gara publicará el domingo.

“El objetivo reside en la resolución democrática del conflicto político (vasco), en cerrar para siempre la herida, y eso nos exige actuar con responsabilidad en todo”, aseguraron los dos miembros de ETA a Gara, según un fragmento de la entrevista publicado en la web de este diario, destinatario habitual de los comunicados de la organización armada.

“Hay que activar y articular el proceso de diálogo. Se deben fijar los objetivos del diálogo, el método, la constitución de la mesa de diálogo, las reglas de juego y la temática. ¿Cómo se hace? Eso corresponde a los agentes políticos y sociales vascos”, afirmaron.

Este anuncio fue conocido horas después que ETA se viera sometida a la presión de su vitrina política, Batasuna, para mostrar su “voluntad” de abandonar “definitivamente” las armas.

Batasuna subscribió un “acuerdo para un escenario de paz” con su aliado, el partido independentista Eusko Alkartasuna, así como con otros movimientos independistas entre los cuales los partidos no violentos Aralar y Abertzaleen Batasuna (AB, partido del País Vasco francés), según un documento al cual la AFP tuvo acceso.

Los partidos firmantes pidieron a ETA “un cese del fuego permanente, unilateral y verificable por la comunidad internacional como la expresión de la voluntad de detener definitivamente su actividad militar”.

Paralelamente, reclaman al Estado español “la derogación de la Ley de los partidos políticos”, que permitió que en 2003 la justicia española declarara ilegal a Batasuna, y “también el cese de todas la medidas, leyes y juzgados de excepción (…) para que no haya personas presas por motivos políticos”

El 5 de septiembre, ETA había anunciado, en un vídeo enviado a la BBC, que “no efectuaría acciones ofensivas armadas” sin precisar si esto sería temporal o definitivo.

Dos semanas después, el grupo armado se había declarado dispuesto a dialogar con mediadores internacionales para “estudiar con ellos las etapas necesarias al proceso democrático, incluyendo los compromisos que debe adoptar ETA”, conformándose así parcialmente a una demanda de Batasuna.

La precedente tregua proclamada por ETA en 2006, terminó abruptamente con la muerte de dos personas en un atentado en el aeropuerto de Madrid.

Este antecedente debió pesar para que el presidente del gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero considerara “insuficientes” los anuncios de la organización, exigiendo un abandono definitivo de las armas, sin condiciones y de manera verificable.

Si bien desde hace 14 meses ETA se ha abstenido de todo atentado, el fenómenos de violencia urbana (“kale borroka” en vasco) atribuido a jóvenes radicales allegados a la organización armada volvió a manifestarse en las últimas semanas.

Un artefacto casero de escasa potencia atribuido a la “kale borroka” estalló el 16 de septiembre en los alrededores de Vitoria, capital administrativa del País Vasco.