Al menos ocho personas perecieron el viernes en una serie de ataques en Irak, entre ellos tres milicianos sunitas que luchaban contra Al Qaida, muertos en plena noche en un retén al noroeste de Bagdad, anunció la policía.

Las fuerzas de seguridad iraquíes detuvieron además a cinco personas presentadas como miembros de Al Qaida que habrían confesado haber organizado algunos de los ataques con coches bombas cometidos el miércoles. Esa serie de atentados causó 53 muertos y 300 heridos, una semana antes del fin oficial de la misión de combate del ejército estadounidense.

En el centro de Ach-Charqat, una localidad de la provincia sunita de Salaheddin hombres armados abrieron fuego hacia la medianoche (19.00 horas de Chile) contra un retén instalado por milicianos sunitas, según la policía. Tres de esos milicianos, conocidos bajo el nombre de “Sahwa” (Despertar) o como “Hijos de Irak”, murieron y otros tres quedaron heridos.

Por otro lado tres militares murieron antes del amanecer en la provincia de Nínive, considerada como una de las más peligrosas de Irak, cuando hombres armados atacaron su patrulla en la localidad de Al Baaj, cerca de la frontera siria, según la policía. Un policía murió y otro quedó herido al estallar una bomba en el centro de Mosul, indicó la misma fuente.

Por último un niño de 9 años murió y otras tres personas quedaron heridas cuando hombres armados abrieron fuego indiscrimiadamente en un barrio residencial de Yarmuk, una población a 45 km al oeste de Kirkuk afirmó el general de policía Sarhad Qader.