Los nuevos ministros británicos de Defensa, Liam Fox, y de Relaciones Exteriores, William Hague, llegaron el sábado a Afganistán, país del que Gran Bretaña desea retirar sus tropas cuanto antes, avisó Fox.

Hague y Fox, acompañados por el ministro de Desarrollo Internacional, Andrew Mitchell, tienen previsto reunirse con el presidente afgano, Hamid Karzai. Se trata de la primera visita al país del equipo desde que tomó posesión este mes la nueva coalición.

La situación en Afganistán, donde unos 10.000 soldados británicos participan en la lucha contra la insurgencia talibana, es “una de nuestras prioridades más urgentes”, afirmó Hague al llegar a ese país, según comentarios hechos públicos en Londres.

En una entrevista al diario The Times, realizada antes de llegar a Kabul, Fox dejó claro que el principal objetivo de su viaje era acelerar la retirada de las tropas británicas del país.

“Me gustaría que nuestras tropas regresen cuanto antes”, declaró el ministro de Defensa. “No somos un policía universal. No estamos en Afganistán para ocuparnos de la política de educación de un país perturbado del siglo XIII. Estamos aquí para evitar que el pueblo británico y que nuestros intereses globales estén amenazados”, añadió.

Karzai se ha comprometido con que las tropas afganas se hagan cargo de la seguridad del país antes de 2014. A este propósito, Fox señaló que iba a ver si podía acelerar la formación.

“Quiero hablar con la gente en el terreno, con nuestros instructores, para ver si hay alguna forma de acelerarla sin disminuir la calidad”, señaló.

Estos comentarios coinciden con el anuncio por parte del Ministerio de Defensa británico de la muerte de un soldado en el sur de Afganistán, por lo que son 286 los militares británicos muertos en el país desde la invasión liderada por Estados Unidos y la caída de los talibanes en 2001. En total, han muerto 1.778 soldados extranjeros, 1.081 de los cuales estadounidenses.

Fox también indicó que las tropas británicas, desplegadas en la provincia sureña de Helmand, no serían reubicadas en la provincia vecina de Kandahar, donde Estados Unidos lidera una gran ofensiva contra la insurgencia talibana.

La OTAN había anunciado el viernes que 8.000 británicos de Helmand pasarían bajo control operacional estadounidense.

Antes de llegar a Kabul, Hague señaló que la nueva estrategia de la OTAN en Afganistán necesitaría “tiempo y esfuerzo” para tener éxito.

“Nos costará mucho tiempo, energía y esfuerzo por lo que es esencial que los ministros tengan una buena comprensión de los temas”, agregó.

“Debemos dedicar nuestro tiempo y nuestro apoyo para garantizar el éxito de nuestra estrategia y venimos por eso a Afganistán en la primera ocasión”, afirmó el ministro.

El primer ministro británico, David Cameron, se reunió con Karzai el sábado. Este fue el primer encuentro con un dirigente extranjero desde su llegada al poder, prueba de la importancia que el nuevo gobierno le da a Afganistán, según los analistas.