La amplia ofensiva liderada por Estados Unidos contra un bastión talibán en el sur de Afganistán se veía frenada este miércoles por minas y “escudos humanos” civiles que, según militares afganos, utilizan los islamistas.

Los generales de las fuerzas de Estados Unidos, Afganistán y la OTAN planearon durante meses el asalto al bastión de Marjah, y los insurgentes islamistas tuvieron suficiente tiempo para minar carreteras, edificios e incluso árboles.

La Operación Mushtarak (“Juntos”, en dari), lanzada hace cinco días, se ha visto frenada por las numerosas minas colocadas en este sector de la provincia de Helmand, que los señores de la droga y los talibanes han controlado en los últimos años, explican los oficiales de la coalición.

En Washington, el presidente Barack Obama reúne este miércoles a su gabinete de guerra para evaluar la primera gran operación de la OTAN desde el envío de refuerzos para poner fin a una guerra que dura ya más de ocho años.

Obama reunirá a su gabinete confortado por la confirmación de que Pakistán y la CIA detuvieron al jefe militar de los talibanes afganos.

El arresto del mulá Abdul Ghani Baradar, confirmado por el ejército paquistaní, podría infligirle un duro golpe a la insurgencia talibán, que intenta tumbar al gobierno afgano apoyado por Occidente.

Sobre el terreno, el principal general afgano implicado en la campaña acusó a los talibanes de utilizar escudos humanos.

“Han tomado a rehenes. Nuestras tropas los han visto poniendo a mujeres y niños en los tejados de casas y disparando detrás de ellos”, dijo el general Moheedin Ghori, comandante de los 4.400 soldados afganos que participan en la ofensiva, que moviliza a un total de 15.000 hombres (el resto del contingente es esencialmente estadounidense y británico).

Esta táctica, unida a la colocación de bombas caseras, “ha entorpecido el avance de nuestras tropas”, lamentó el general Ghori.

“Las minas de los talibanes y el miedo a pérdidas civiles reducen nuestros movimientos”, aseguró el general afgano.

En un caso señalado en un informe de operaciones al que la AFP tuvo acceso, varios talibanes fueron vistos disparando desde la ventana de una casa en la que se encontraban civiles.

“Nuestros soldados vieron a tres talibanes dispararles y luego correr en las casas. Como nuestros comandantes han ordenado no disparar contra los civiles, hemos dejado que los talibanes se escapen”, contó el coronel Shireen Shah.

Los soldados británicos y afganos que rastrearon pueblos en la zona de Nad Ali, donde se encuentra Marjah, encontraron bombas colocadas junto a carreteras, en campos, colgadas de árboles y hasta emparedadas, según indicó esta semana un coronel afgano.

Este miércoles, la OTAN indicó que los talibanes estaban resistiendo al avance.

“La operación Mushtarak va por buen camino”, pero “los talibanes son tácticamente capaces, oponen resistencia y son astutos”, declaró el mando de las fuerzas internacionales en un comunicado.

“El número de minas es considerable en estas zonas, y las fuerzas combinadas (afganas e internacionales, ndlr) deben ser muy comedidas en sus movimientos, para minimizar las pérdidas”, añadió la OTAN.

Al quinto día de la ofensiva más importante desde la invasión del país en 2001, el balance es de cuatro soldados muertos en las filas de la OTAN. Treinta talibanes habrían muerto, y doce civiles murieron por error.

El objetivo es arrebatarle el control de la zona a los insurgentes y los barones de la droga. Si los talibanes son derrotados, la segunda fase permitiría restaurar la autoridad de Kabul en la zona.

Por otro lado, una fuente cercana a la administración de las Maldivas dijo este miércoles que representantes del gobierno afgano y de los talibanes tuvieron un encuentro secreto el pasado mes en el archipiélago.

El resultado de esa reunión no fue revelado, pero según fuentes oficiales el objetivo era recabar apoyo para los planes de reconciliación nacional ideados por Karzai.