La polémica flota pesquera compuesta por cerca de 300 naves, en su mayoría de bandera china, ya navega frente a aguas chilenas.
Tarde o temprano parte de ese grupo atravesará nuestra Zona Económica Exclusiva (ZEE) por el Estrecho de Magallanes para seguir sus faenas en el océano Atlántico.
Estados Unidos ha sido uno de los principales críticos del actuar de esta aventura industrial que se estacionó por varios días alrededor de las islas Galápagos, la que luego pasó frente a Perú antes de enfilar hacia nuestro país.
En una conferencia de prensa de la que participó BioBioChile, desde el Departamento de Estado del país del norte afirmaron que ellos no pretenden detener el avance de las naves, eso sí siempre y cuando estas cumplan con las normas establecidas.
“Estados Unidos no busca detener la flota china que está pescando fuera de las costas de América del Sur mientras siga las reglas, pesque donde se deba y esté autorizado”, dijo David Hogan, director interino de Conservación Marina de la Oficina de Océanos y Asuntos Científicos y Ambientales Internacionales.
Lo anterior tras ser consultado por formas en las cuales Estados Unidos podría detener a las naves sin el uso de fuerza militar.
“Mientras siga las reglas internacionales que hemos negociado y respete la soberanía de los estados costa, la flota tiene el derecho a pescar”, añadió.
“El problema es cuando una de estas naves realiza pesca ilegal, no declarada y no reglamentada (IUU en inglés), cuando amenazan la soberanía de los estados costa, cuando atrapan recursos que no están autorizados y cuando socavan las economías y las vidas de las personas”, precisó.
“Allí es cuando la amenaza potencial se vuelve una amenaza real y un alto riesgo tanto de daño ambiental como de pesca insostenible y problemas económicos”, complementó.
¿Qué está haciendo la flota?
Según Hogan, la flota está buscando principalmente calamar – algo que ya había señalado la Directemar – y, a su juicio, el problema más significativo hasta el momento es su cercanía con las ZEE de los países locales.
“Como no tenemos certeza que siempre respeten las soberanías, ya sea por pescar en sus ZEE o dejar que desechos de sus actividades entren a las aguas de estos países, nos preocupa mucho que esto mine la soberanía de los estados costa respecto de sus recursos y cualquier regla de manejo que tengan”, alertó.
Sobre los efectos negativos de esta aventura, Hogan aseveró que la flota puede agotar la cantidad de peces disponibles, afectar los esfuerzos políticos para mantener la pesca y los intereses de las comunidades que viven de esto.
“La flota de China, mientras se mueve hacia el sur, dobla por el Estrecho de Magallanes y entra el océano Atlántico es literalmente un objetivo en movimiento para que los estados costa la monitoreen”, comentó.
“Hemos hablado con Beijing en nuestras discusiones bilaterales acerca de la necesidad que ellos aumenten sus esfuerzos para cumplir con sus responsabilidades, controlen a su flota, monitoreen sus efectos y hagan responsables a las naves y compañías por sus acciones”, sostuvo Hogan.
“Beijing ha declarado que tiene una política de tolerancia cero para la pesca IUU, pero esta ha continuado incluso después que ellos han establecido esa norma. Nosotros (Estados Unidos) estamos buscando asegurar que apoyen sus palabras con acciones y que no permitan que sus flotas tengan un impacto económico negativo en ninguno de los estados costa o cualquiera de los otros países que participan de la pesca internacional”, cerró.
Acuerdos contra IUU
De la entrevista también participó Jon Piechowski, subsecretario de Estado adjunto en la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado.
El funcionario afirmó que en la pesca IUU hay actores que “operan en las sombras” y reconoció que China no es el único país que conforma esta flota.
“China no es el único infractor en el mundo, pero son uno importante y que preside sobre una de las flotas estatales más grandes de todo el mundo. Sabemos que esta flota se ha visto envuelta en actividades sospechosas y a veces peligrosas”, lanzó.
En esa línea comunicó que las embajadas y consulados estadounidenses en la región están colaborando con los gobiernos locales para “fortalecer” las políticas anti IUU y reforzar áreas como seguridad, cooperación, desarrollo económico y protección medioambiental.
Así, Piechowski confirmó que el embajador estadounidense en Ecuador viajó a las Galápagos y que el barco Bertholf de la Guardia Costera entrenó con la Armada ecuatoriana cerca del área donde estaba la flota pesquera.
Actualmente, la pesca IUU es un fenómeno que varios países quieren combatir y Estados Unidos quiere parecer un actor activo en esta temática.
Es así como han surgido acuerdos y tratados internacionales como el Agreement on Port State Measures (PSMA) con el cual se busca que toda la carga obtenida a través de pesca ilegal no entre a ningún comercio, al no permitirse su descarga en terminales marítimas.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el PSMA tiene 67 miembros, uno de ellos Chile.
De nuestro vecindario, Ecuador, Panamá, Perú y Uruguay también son parte de esta instancia que entró en vigor el 5 de junio de 2016.
