Durante estos días ha llamado la atención un -extremadamente- sincero obituario que comenzó a circular por las redes sociales. Y es que aseguraba que el recién muerto era una persona insignificante para el mundo.

El catalán Emilio Piró es el hombre que no alcanzó a ver el revuelo que generó su partida. “Hijo de Pilar y Emilio”, comienza el escrito.

Lo extraño viene luego, cuando el texto asegura que “ha dejado este mundo sin haber aportado nada de interés. Creyente en un Dios que espero que exista“.

Esta última frase causó hasta indignación en las redes sociales, pues consideraron una muy fría forma de despedir al ser querido.

La Vanguardia
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Pero lo cierto es que el obituario es parte de un testamento que el mismo Emilio dejó, y que horas después de su muerte, fue encontrado por los familiares.

Fueron ellos quienes salieron al paso y, según recoge el portal de noticias La Vanguardia, explicaron que “la esquela forma parte de un testamento vital que dejó y lo descubrimos después de su muerte”, en ella es que estaba la incómoda frase. “Es literal”, se defienden.

“Era un hombre con una cultura muy elevada y también muy modesto, hizo muchas cosas, pero la esquela cuadra con su forma de ser”, continúan explicando, asombrados por las repercusiones que ha traído el obituario.