En una sesión marcada por las dedicatorias de los diputados a sus familias, electores y a Brasil, cuando emitían su voto, la Cámara Baja de Brasil aprobó el impeachment en contra de Dilma Rousseff.

El proceso en contra de la presidenta de Brasil logró 367 votos a favor (necesitaba 342), mientras que 137 se opusieron, 7 se abstuvieron y 2 se ausentaron por razones de salud.

En la ocasión, los legisladores del Partido de los Trabajadores, coalición a la que pertenece Rousseff, acusaron al vicepresidente de Brasil, Michel Temer, y al presidente del Congreso y líder de la oposición, Eduardo Cunha (imputado por corrupción), de estar detrás del proceso de impeachmente en contra de la mandataria.

Del mismo modo, los legisladores oficialistas, durante sus intervenciones, indicaron que el juicio político para destituir a Rousseff era un “intento de golpe encubiert” y defendieron el actuar de la mandataria.

“Quieren cazar a una presidenta honesta”, señaló con molestia el diputado del PT, Reginaldo Lopes.

Los diputados fueron llamados a indicar su voto por un micrófono, en alternancia de estados del sur y del norte. El primer convocado fue Wahington Reis, que votó a favor de la destitución de la mandataria. “Que a partir de mañana, Dios pueda derramar muchas bendiciones sobre Brasil y sobre nuestro pueblo brasileño. Voto a favor”, declaró.

A partir de ahí, los votos a favor del impeachment fueron mayoritarios durante toda la sesión, hasta que le tocó el turno al diputado de Pernambuco, Bruno Araújo, quien emitió el sufragio definitivo, que permite continuar el proceso de juicio político contra Rousseff.

“Qué honor que el destino me reservó de que de mi voz saliera el grito de esperanza de millones brasileños“, dijo Araújo antes de votar el “sí por el futuro”, con el que la oposición sumó los dos tercios para aprobar la moción del juicio político para destituir a la actual mandataria.

Siguientes pasos del impeachment

Con la aprobación del juicio político en la Cámara Baja, ahora será el Senado quien deberá tomar una decisión al respecto.

En primer lugar, la Cámara Alta formará una comisión de 21 miembros, que dará su opinión sobre la admisibilidad del proceso. Este trámite podría ser más rápido que en diputados y seguirá parámetros similares a ese cuerpo en cuanto a quorum y mayorías.

Por otro lado, para que un dictamen de destitución sea aprobado en el plenario del Senado y el proceso instaurado, necesita una mayoría simple una vez conseguido un quorum de 42 senadores. De no lograr ese respaldo, el proceso se archiva.

Juicio final

Si el Senado valida una moción de destitución, Rousseff será apartada de manera provisoria de sus funciones durante un máximo de 180 días, para dar lugar al juicio propiamente dicho. En este caso será reemplazada por su vicepresidente, Michel Temer.

A partir de este momento, empezaría la verdadera recolección de pruebas y testimonios en contra de Rousseff.

La sesión final del juicio tendría lugar en el plenario del Senado, bajo la dirección del presidente del Supremo Tribunal federal (STF). Son necesarios dos tercios de los votos del Senado (54 de un total de 81), para destituir definitivamente a la mandataria, cualquiera sea el número de los presentes.

De lo contrario, ésta reasumiría inmediatamente sus funciones.

En esta sesión única, en la que el presidente del Senado puede votar porque no la dirige, se darán los alegatos finales de parte del senador que haya instruido el caso y de la defensa de la presidenta.