Finlandia, el país con el mejor sistema educativo público del mundo, vuelve a hacer noticia por tan rimbombante título, al develar un nuevo y revolucionario programa que busca que la enseñanza deje de lado las materias por separado.

La idea es que en vez de tener clases de matemática, historia, física o biología, existan clases por tópicos, como “la Unión Europea”, donde se explican elementos de la historia, geografía y economía. O, por ejemplo, quienes están tomando algún curso de formación profesional, puedan estudiar un “servicios de cafetería”, que implica aprender matemática, idiomas y habilidades de la comunicación.

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Según informa el diario británico The Independent, el programa busca eliminar la gran queja de los estudiantes, quienes siempre preguntan “¿para qué aprendo esto?”. De esta forma, las teorías y métodos científicos se seguirán enseñando, pero en un ambiente aplicado, lo que resulta bastante más coherente.

El plan se pretende aplicar paulatinamente hasta el 2020 en la capital Helsinki, donde se explica que “lo que se necesita actualmente es un tipo de educación diferente que prepare a las personas para la vida laboral”.

“Los jóvenes usan computadoras muy avanzadas. En el pasado, los bancos tenían un montón de empleados analizando cifras, pero hoy eso ha cambiado. Por lo tanto, tenemos que hacer cambios en la educación necesarios para la industria y la sociedad moderna”, afirmó Pasi Silander, encargaado de desarrollo de Helsinki.

El nuevo sistema alienta además diversos tipos de aprendizaje, como la resolución de problemas, colaboración entre grupos más pequeños, y otras habilidades acorde a la sociedad actual.

Marjo Kyllonen, que lidera este cambio, comentó que hay escuelas que enseñan de la manera antigua, pero eso tenía beneficios a comienzos del 1.900, sin embargo “las necesidades no son las mismas y necesitamos algo adecuado para el siglo 21″.

Profesores se oponen

Pero como todo gran cambio, ya existen opositores a la iniciativa, la que llega desde los mismo docentes, quienes ven cómo sus especialidades dejarían de ser utilizadas.

Para ello, los autores explican que los profesores deberán aprender a trabajar en equipo para así diseñar juntos, planes de estudios que se adecuen a los tópicos que enseñarán.

Como una forma de instar el cambio, el gobierno local pretende dar pequeños bonos a los maestros de la capital que se adhieran al programa, el primero en su tipo en el mundo.