El orgasmo femenino es, hasta nuestros días, un tópico de sumo interés y discusión entre las personas.
Y es que, para muchos, a veces se hace difícil “complacer” a las mujeres o que éstas alcancen el clímax. Sin embargo, todo esto forma parte de los mitos y falta de información en torno a la satisfacción femenina.
Así lo declaró la psicóloga y terapeuta sexual Marianne Brandon, colaboradora del medio especializado Psychology Today, quien afirmó que existen datos clave sobre el éxtasis sexual de las mujeres que tanto ellas como ellos desconocen.
¿Lo curioso? Esta información sería primordial para que las mujeres dejen de sentir vergüenza al experimentar el sexo, permitiéndoles vivir este aspecto de sus vidas en plenitud.
El orgasmo femenino
De acuerdo a la Clínica Mayo, un orgasmo es una sensación de placer físico intenso y liberación de tensión, acompañada de contracciones rítmicas e involuntarias de los músculos del piso pélvico.
“Pero no siempre se ve, ni suena, como en las películas. La forma en que se siente un orgasmo varía entre una mujer y otra y, en una misma persona, puede diferir de un orgasmo a otro”, declaró la organización.
A ello, agregaron que las mujeres experimentan este éxtasis con distintas intensidades. Además, indicaron que las mujeres varían en la frecuencia de sus orgasmos y la cantidad de estimulación necesaria para alcanzar uno.
“La mayoría de las mujeres necesita un cierto grado de estimulación del clítoris directa o indirectamente y no alcanzan el clímax solo con la penetración. Además, los orgasmos suelen cambiar con la edad, por problemas médicos o por los medicamentos que tomes”, concluyeron.
El debate en torno al orgasmo femenino
En palabras de Brandon, existen pocos temas que generen tantas controversias, malentendidos y vergüenza como el orgasmo femenino.
“Como terapeuta sexual, discuto los orgasmos con mis clientes casi todos los días: las mujeres heterosexuales creen que deberían tener más orgasmos, o más rápido o más fácil. Los hombres heterosexuales se sienten responsables del placer sexual de su pareja, creyendo que ofrecerle orgasmos más grandes y mejores son parte de su deber como buen amante”, señaló la experta.
Incluso, advierte que este debate se extiende a la literatura de la medicina sexual: “¿Hay una distinción entre los orgasmos del clítoris y vaginales? ¿Los orgasmos del punto G son reales? Estas preguntas se ven facilitadas por el hecho de que el orgasmo femenino es un fenómeno extraordinariamente complejo, con características fisiológicas, hormonales, emocionales, interpersonales y técnicas”.
Pese a ello, advierte que existe un hecho anatómico crítico que suele dejarse fuera de esta discusión, y cuya inclusión marcaría una notable diferencia.
Anatomía del clítoris
Según lo explicado por la terapeuta sexual, el clítoris está compuesto por el mismo tejido eréctil que forma un pene. Sin embargo, a diferencia de este último, la mayoría del tejido del clítoris está oculto bajo múltiples capas de piel.
“Solo la cabeza relativamente pequeña es visible y directamente accesible externamente. Por lo tanto, el clítoris es mucho más grande de lo que parece para el ojo, aunque no se puede acceder directamente a la mayor parte”, explicó.
Lo anterior contrasta con el pene, el cual se encuentra principalmente en el exterior del cuerpo.
“Al igual que el clítoris, los penes también tienen un aspecto interno. Pero el aspecto interno de un pene es mucho más pequeño que sus aspectos visibles y accesibles”, declaró Brandon.
El “dato crítico”
Tomando esta información en consideración, lo que falta “es una discusión de las implicaciones de estas realidades anatómicas en la sensibilidad sexual y el orgasmo. En pocas palabras, cubrir el tejido sensible con capas de piel afecta su sensibilidad“, lo que impacta directamente en la forma en que las mujeres logran el orgasmo.
“Puede ser más difícil para las mujeres llegar al orgasmo no porque son más neuróticas, o menos sexuales, o socializadas para que no les guste el sexo; en su lugar, puede ser en gran parte porque la mayor parte de su tejido sexual sensible se oculta profundamente dentro de la pelvis“, concluyó la especialista.
De acuerdo a la terapeuta sexual, el conocimiento de esta información clave sobre la anatomía del clítoris ayuda a las mujeres a sentir más autocompasión por sus luchas por llegar al orgasmo.
“A veces, este conocimiento disminuye la ansiedad de una mujer a tal grado que puede tener un orgasmo por primera vez. Otras mujeres se sienten reivindicadas de que necesitan más estimulación que sus parejas. Finalmente se sienten justificadas en tomar más tiempo para el clímax. Es increíble para mí lo sanadora y reductora de la vergüenza que puede ser esta información”, indicó.
Finalmente, Brandon declaró que si bien existen otras variables que contribuyen a la facilidad e intensidad del orgasmo, “este simple hecho parece al menos tan crítico como cualquier otra consideración que comúnmente reconocemos”.